Empresas y finanzas

Los acreedores quieren la mansión de los Ruiz-Mateos



    "Venderemos hasta nuestras casas si hace falta para pagar las deudas", aseguró José María Ruiz-Mateos hijo tras anunciar la entrada en preconcurso de las principales empresas de Nueva Rumasa. Pero quizás no haga falta, porque los acreedores están dispuestos a llegar hasta donde haga falta para recuperar lo que es suyo

    Muchos de ellos planean pedir en cuanto puedan el concurso culpable para que la familia responda incluso con su patrimonio personal. José Luis Cobo, abogado de ILP Global España, que está asesorando a un importante grupo de proveedores, lo tiene muy claro: "Por supuesto que se pueden reclamar por los bienes de la familia", explica a elEconomista. Y ellos están dispuestos a llegar hasta donde sea.

    La familia Ruiz-Mateos lo sabe e intenta proteger su patrimonio. De hecho, el patriarca no tiene apenas ninguna propiedad a su nombre y figura en muy pocas empresas del conglomerado. La joya de la corona es la lujosa mansión familiar en Somosaguas (Pozuelo de Alarcón, Madrid) una de las urbanizaciones de más alto standing de toda España.

    El Gobierno socialista de Felipe González intentó ya expropiársela en la década de los ochenta, cuando ante los reiterados impagos, a la Seguridad Social y Hacienda, le embargaron todo su imperio. Entonces no pudo porque para protegerse, Ruiz-Mateos puso la casa a nombre de su mujer, Teresa Ribero.

    Una finca de 7.000 metros

    "Entró la policía judicial y querían llevarse hasta los muebles", explicaba en una entrevista a este periódico hace unos meses Zoilo Ruiz-Mateos, el primogénito. La finca tiene 7.000 metros cuadrados y está valorada, según los expertos inmobiliarios consultados por este periódico, entre 8 y 10 millones de euros. Convertida hoy en sede central y con los dormitorios de los trece hijos reconvertidos en despachos, los Ruiz-Mateos se han atrincherado en ella en los últimos días para buscar una solución de urgencia a sus problemas.

    La mansión tiene unos 1.000 metros cuadrados aproximadamente de planta. En el piso bajo, aparte de la zona dedicada al garaje y trastero, hay dos grandes salones, un baño y un antiguo cuarto de juegos, reconvertido en sala de reuniones. En la primera planta está el comedor, los baños, la cocina, los antiguos dormitorios y el despacho de Ruiz-Mateos y Jiménez de Tejada. En la buhardilla está el dormitorio principal, el del matrimonio.

    El fundador de Rumasa recuerda aún cómo se enteró hace casi treinta años que perdía todo. "Estábamos cenando y llamó el novio de mi hija para decir asustado que lo había oído en las noticias. Yo sigo luchando y todavía no me han pagado los 18.000 millones que me deben", asegura. Lo cierto es que, según las últimas sentencias dictadas por los tribunales, las deudas eran tan grandes que el valor de las empresas era cero, por lo que no cabía indemnización alguna. Tal y como puede suceder previsiblemente ahora, cuando los compromisos financieros triplican ya a los fondos propios de las principales empresas del holding.

    Mientras tanto, las sospechas aumentan en torno a los Ruiz-Mateos. Hacienda está siguiendo de cerca los movimientos de la familia desde hace más de un año, tras las primeras emisiones de pagarés. Las dudas sobre un posible caso de evasión de capitales -el conglomerado empresarial tiene sus raíces en Holanda y paraísos fiscales del Caribe- e incluso de blanqueo de dinero provocaron que en marzo del año pasado, se denunciara la situación ante la Fiscalía Anticorrupción, que procedió entonces a la apertura de diligencias. Este organismo ha confirmado que la investigación, que corre a cargo de los fiscales Alejandro Luzón y Juan Pavía, se está centrando en averiguar si ha habido una posible estafa con la captación de 140 millones de euros entre 5.000 inversores.

    No obstante, el Ministerio Fiscal ha insistido también en que el hecho de que las sociedades estén inscritas en estos territorios no significa por sí mismo que exista ya un posible delito de blanqueo. Eso sí, las espaldas de Ruiz-Mateos están bien cubiertas porque, temiendo un nuevo proceso de expropiación ante los sucesivos impagos, cada empresa tiene plena independencia jurídica y por tanto no existe un grupo consolidado.

    Para evitar sustos, Ruiz-Mateos se encuentra en plena búsqueda de fondos de inversión que le ayuden a superar la situación. Por el momento, el único conocido es el grupo norteamericano Oaktree, con una sólida experiencia en el sector de la alimentación, en compañías como Campofrío o Panrico. Está previsto que el fondo tome una decisión definitiva a mediados de la presente semana.

    Son muchos los expertos que opinan que Nueva Rumasa no logrará alcanzar un acuerdo definitivo para refinanciar su deuda por el desbalance patrimonial, lo que podría ahuyentar finalmente a Oaktree.