Libia deja atrás el culto a Gadafi y se mofa de él
En Bengasi, la segunda ciudad libia, una caricatura en la pared de un edificio estatal retrata al dirigente libio como "superladrón", con un traje de Supermán con el símbolo del dólar en el pecho y otra le dibuja dentro de un cubo de basura que lleva escrita la palabra "historia".
Tras 41 años de poder absoluto, Gadafi ha visto cómo su poder ha ido disminuyendo ante una oleada de protestas, pese a sus desafiantes apariciones en televisión la semana pasada, una de ellas realizada en una furgoneta y con un gran paraguas.
La población dice que las bromas en el este de Libia han sido tan exageradas y catárquicas porque llegan como consecuencia del enorme miedo a su gobierno y a las fuerzas de seguridad y por la práctica inexistencia de oposición.
El excéntrico estilo de Gadafi, su gusto por los trajes sueltos o uniformes militares y por guardaespaldas femeninas, ha dado a los dibujantes y a otras personas un amplio material para mofarse.
En el paseo marítimo de Bengasi, un joven ataviado con una peluca descuidada a lo Gadafi, gafas de aviador y un paraguas se paseaba en la parte trasera de un camión, algo que casi paralizó el tráfico ante la risas de los presentes y el pitido de los coches.
"Estamos desahogándonos, expresándonos. No sólo cometió crímenes militares, sino contra nuestras mentes, delitos de pensamiento", dijo la profesora Fatima al-Shaksy, de 42 años.
"LÍDER FRATERNAL"
Gadafi, aferrado al poder en el oeste de Libia ante unas protestas que van en aumento, fomentó un culto a su personalidad a través de la enseñanza obligatoria en los colegios de sus pensamientos y filosofías, plasmadas en un tomo conocido como "Libro verde".
Se ha descrito como "rey de reyes" y, de forma similar al término adulador de "querido líder" usado por el norcoreano Kim Jong-il, Gadafi se refiere a sí mismo como "líder fraternal".
Los libios dijeron que vecinos, maridos y esposas, padres y niños ocultaban los sentimientos negativos hacia Gadafi por miedo a ser denunciados ante el aparato de seguridad.
"Está loco. Lavó el cerebro a algunas personas jóvenes. Es increíble, somos musulmanes y tú no eres profeta, eres asesino", dijo el trabajador de banca Haitham Alangush, de 31 años.
Con su fino bigote y su gusto por dormir en jaimas, Gadafi ha sido en ocasiones una figura divertida en el panorama internacional, pero su gobierno también ha sido brutal y no ha contado con oposición.
En la última semana, los manifestantes han marchado con un mono de juguete ataviado como Gadafi y un paraguas en la mano, y una rata a lo Gadafi en una jaula. El líder libio ha calificado a sus opositores de sabandijas.
En un edificio gubernamental de Bengasi que fue quemado, manifestantes antiGadafi hacen una caricatura tras otra y la cuelgan en la pared. Los grafitis en el tribunal de Bengasi pidieron a Gadafi que se "avergonzase" y se rindiera ante el "consejo nacional de peluqueros".