Acabada la guerra del depósito, la banca doméstica toma un respiro
La batalla por el pasivo va tocando a su fin y son pocas las remuneraciones que alcanzan el 4%, con la mayor parte de la oferta en torno al 3%. A esto se añade que por el crédito las entidades cobran cada vez más.
Napoleón ya aprendió la lección cuando intentó invadir Rusia sin éxito en 1812: cuanto más duradera es una guerra, mayor es su desgaste. Los recursos son limitados y, aunque bien habría que salvar las distancias, esta máxima podría aplicarse a la guerra de los depósitos que han librado las entidades bancarias de nuestro país en los últimos años y que parece comenzar a dar síntomas de tregua. Esta moderación, unida a una posible mejora en el interés ingresado por los créditos, puede hacer que la banca logre ampliar sus márgenes durante este año.
La recapitalización de las cajas de ahorro durante los próximos meses va a permitir que la guerra del depósito deje de estar edulcorada con entidades obligadas a captar dinero de forma asfixiante y otras a defenderse de estos ataques. En esta defensa, y con el objetivo de ganar clientes, el 4 fue el número de referencia al que apuntar y así, Banco Popular fue de los primeros en abrir fuego y lanzar su depósito Gasol al 3,75 por ciento a doce meses en febrero de 2010.
Lo que estaba claro es que, a partir de ese momento, la apuesta sólo se podía igualar o superar y poco después Santander puso toda la carne en el asador para lanzar su depósito al 4 por ciento. Las miradas se dirigieron al otro peso pesado del sector, pero BBVA negaba que quisiera entrar en la guerra del depósito: "No tenemos necesidad porque no tenemos problemas de liquidez", afirmaba una y otra vez su consejero delegado, Ángel Cano.
A partir de entonces la mayor parte de las entidades se subieron con más o menos dificultades al carro del 4 por ciento. Openbank, propiedad de Banco Santander, avivó la contienda y comenzó a ofrecer un depósito anual al 4 por ciento TAE. Las cajas no se quedaron atrás y CatalunyaCaixa, Caja Canarias, Cajastur o Caja Madrid, entre otras, ofrecían productos con una atractiva rentabilidad, superior al 3,5 por ciento. En definitiva, el cliente que persiguiera obtener un alto interés por sus ahorros en 2010 se encontraba con interesantes opciones de inversión. En 2011 esa tónica parece haber cambiado y la rentabilidad media del pasivo se sitúa en torno al 3 por ciento y las mejores ofertas en el 4.
Marc Batlle, consejero delegado de El Cano Sicav, cree que una de las respuestas de los bancos, tras la "búsqueda desesperada de depósitos", será una "menor competencia", que se traducirá en "mayores comisiones y mejores márgenes".
El año ha comenzado con recortes en la rentabilidad que ofrecen las entidades a los clientes. "Los depósitos son un poco menos atractivos y sobre todo lo serán menos a partir de abril", señalan desde Metagestión.
Si el pasado mes de abril Openbank ofrecía un 4 por ciento, ahora ofrece un 3; si Banco Popular se apuntaba otro 4 por ciento por su depósito a doce meces, hoy se reduce al 3,25... y así puede buscar y comparar, que lo que es seguro es que no le van a dar más que lo que le daban el año pasado. Hace apenas una semana Bancaja y Activobank, dos de las opciones más interesantes del mercado, retiraron sus depósitos estrella. Bancaja redujo su depósito a un año del 4 por ciento al 3,75 y Activobank, banco en Internet del grupo Sabadell, suprimió su depósito al 4 por ciento.
¿Mejorarán los márgenes?
Es la pregunta que surge si consideramos que las entidades financieras tendrán menos costes por sus depósitos. Algunos expertos creen que las entidades mejorarán esta partida en la segunda mitad del año. "A partir de verano sí que se verá un incremento de márgenes", opina Guillermo Escribano, de Metagestión. Aunque el analista explica que el descenso en el interés de los depósitos (prevén una caída en torno al 1 por ciento en el año) sólo significará una mejora de "pocas décimas" en los márgenes de los bancos. Eso sí, al menos serán un "pequeño balón de oxígeno", añade Escribano.
Por su parte, Nuria Álvarez, desde Renta 4, recuerda que "la financiación mayorista también es importante y que para los bancos todavía está resultando caro financiarse en los mercados, lo que puede contrarrestar que el coste de los depósitos no esté presionando tanto al alza ahora".
Lo que también resulta evidente es que, como ocurre en toda contienda, quedan vencedores y vencidos. Según datos de la AEB y la CECA, los principales damnificados por la guerra del depósito han sido ING Direct y BBK, que sufren las mayores fugas de fondos. En el lado contrario, Banco Popular y Santander vencen y convencen a los ahorradores.
Las hipotecas son el otro gran indicador de que el negocio bancario vuelve a reactivarse y a rodar como acostumbra. Los bancos ofrecen menos por los depósitos y, aunque de forma muy tibia hasta el momento, no mejoran las condiciones en las que conceden los créditos hipotecarios. Según datos conocidos el viernes, la morosidad ha vuelto a subir por tercer mes consecutivo hasta situarse en el 5,81 por ciento en diciembre. Por su parte, los requisitos que exigen las entidades para la contratación de estos préstamos han aumentado y el cliente se ve sometido a la adquisición de seguros, tarjetas de crédito o a domiciliaciones. Además, el proceso de conversión de las cajas de ahorro en bancos y las altas necesidades de liquidez de éstos no presuponen que el grifo del crédito bancario vaya a abrirse de forma significativa por el momento. Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets, considera que, a diferencia de lo que ocurre con los depósitos, "la mejora de los créditos es más cuestionable" y prevé que por esta vía las entidades no vayan a ganar mucho más.
Lo que resulta claro es que la postguerra será duradera. En opinión de Batlle "va a quedar un negocio muy poco rentable durante un largo periodo, hasta que no se consolide el sector, se ajusten precios y el crédito empiece a crecer otra vez".