Fainé: "Es muy difícil acudir al mercado si eres una caja, nadie nos entiende"
La Caixa irá diluyendo su participación del 81% en CaixaBank, aunque no perderá el control. La exposición al riesgo inmobiliario alcanza los 33.200 millones, con un 13,8% de mora.
En uno de los días "más históricos" para La Caixa, como lo calificaron tanto el presidente, Isidre Fainé, como el director general, Juan María Nin, apenas hubo referencias para el plan del Gobierno sobre las cajas.
"Si las reglas son iguales, tanto para bancos como para cajas, me parece bien", esbozó Fainé, que aseguró que otras entidades seguirán su camino, "u otra de las posibilidades que da la ley". Y es que La Caixa, que asegura haber estado pensando en esta reinvención durante muchos años, estaba centrada ayer en explicar que ha fabricado un guante a su medida y a su estrategia. "Para el cliente nada cambia, todo lo que está detrás es un ajuste contable", explicó Nin.
Un ajuste que nada tiene que ver con las nuevas normas de capital, sino con el modelo de expansión exterior de la entidad. "Si hubiéramos querido cumplir con Basilea III hubieramos vendido todo, pero no queremos vender", recalcó Fainé. El presidente explicó que para cumplir el plan estratégico que se abre este año hasta 2014 es necesario contar con opciones para generar capital y que es muy difícil para una caja acceder al mercado de capitales. "Por eso nació Criteria. En el exterior no entienden qué es una caja" aseguró. En las circunstancias actuales, prosiguió, "no se puede estar en lo que estamos sin cotizar. La transparencia es clave para esta época".
Fainé aseguró que ahora que tiene el visto bueno para su banco no se apartará de la CECA, donde ocupa la presidencia desde hace un año. "Me eligieron por consenso, no porque yo quisiera", recordó, "y mi intención es agotar los cuatro años".
Dos de las joyas industriales, Telefónica y Repsol, permanecerán en el banco bueno, el que estará libre de los activos inmobiliarios y acogerá toda la actividad y las participaciones en el sector bancario. Las razones de esta ubicación, según explicaron los directivos, está en que con ellos el peso industrial y financiero se acerca a los objetivos expuestos hace años al mercado, 20-80, son activos muy líquidos y que dan una buena rentabilidad y dividendo. ¿Entra en los planes de La Caixa venderlos? "No es negocio core bussines, estarán al servicio del banco", explicó Nin, si bien Fainé matizó que "nos gusta el dividendo y no nos gusta vender. No perjudican al crédito y son activos muy líquidos".
En el nuevo esquema, La Caixa tendrá el 81 por ciento del banco cotizado, un porcentaje que podrá ir reduciéndose en los próximos años, "pero siempre mantendremos un porcentaje cómodo de control" explicó Fainé.
Lo que garantizó el primer ejecutivo es que el presupuesto destinado a Obra Social en los últimos años, 500 milllones de euros, seguirá sin recortes durante años.
La Caixa aprovechó la presentación para detallar, al igual que lo están haciendo el resto de cajas, su exposición al sector inmobiliario y constructor, los activos más problemáticos del sector financiero español. Según sus datos, el riesgo en este sector alcanza al 17,7 por ciento de sus créditos, que se reduce al 14 por ciento si sólo se tiene en cuenta el riesgo promotor. El volumen de los préstamos en mora suma 4.407 millones de euros, lo que supone un porcentaje del 13,3 por ciento, mientras otros 1.745 millones están calificados de substandard, los que no han incurrido en ningún impago pero es probable que se produzca.
Provisión genérica intacta
Respecto a los resultados anuales de la entidad, los efectos adversos de los bajos tipos de interés y de la guerra del depósito fueron contrarrestados con una notable actividad comercial por parte de La Caixa y la aportación de las participadas, que le han llevado a unos resultados del año "en que más se ha notado la crisis" con una reducción del beneficio del 13,4 por ciento, hasta 1.307 millones pero fuertemente parapetada con provisiones, con las genéricas intactas (más de 1.800 millones) para prevenir futuros sobresaltos y una solvencia, medida en core capital, por encima del 8 por ciento.
Tanto Fainé, como Nin, se quejaron amargamente de la llamada guerra del pasivo, "que acaba perjudicando a la economía, al crédito y, especialmente, a las pymes".
Si el margen de intereses cayó el año pasado cerca de un 20 por ciento por los bajos tipos de interés, la guerra de depósitos se saldó en La Caixa con una reducción unos 5.700 millones en ahorro a plazo, que fue más que compensada con el aumento en emisiones retail, fondos de inversión y planes de pensiones.
La digestión de Caixa Girona apenas dejó huella. La mora se elevó ligeramente, hasta el 3,71 por ciento, tras anotarse 627 millones de dudosos de la entidad absorbida, que también ha consumido de 0,3 puntos de sus ratios de capital.
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