"Mar rizada" en los mercados por la crisis hipotecaria hasta otoño
David S. Paunero
Madrid, 11 ago (EFECOM).- Si en algo coinciden los analistas tras la tormenta crediticia de la semana que ha concluido es que la volatilidad continuará hasta otoño en los mercados, en los que, a pesar del calor veraniego, el pronóstico es de "mar rizada" con oleaje irregular, tanto al alza como a la baja.
Los últimos acontecimientos, con inyecciones de liquidez por parte de las autoridades monetarias por mas de 236.000 millones de euros, todavía no han tenido una digestión completa por parte de los mercados mundiales, preocupados por lo que los analistas han titulado como "el fin del dinero barato".
Mientras los índices estadounidenses de Wall Street como el Dow Jones lograron atemperar ya las pérdidas el viernes, en Europa, las principales bolsas tuvieron caídas superiores al dos por ciento, lo que les ha hecho dilapidar las ganancias anuales, salvo honrosas excepciones como el índice DAX alemán.
"No vemos una crisis estructural ni económica, sino una crisis financiera pasajera, aunque tardarán semanas en pasar los efectos", indicó la jefa de análisis de Banca March, Ofelia Marín-Lozano, quien no ocultó su preocupación por la traslación de los impagos en las hipotecas de alto riesgo ('subprime') a los bancos de inversión globales.
De hecho, en Europa, ya no ven tan lejanos los problemas de compañías estadounidenses como Bear Stearns, Homebanc o American Home Mortgage, puesto que algunas gestoras como AXA, JP Morgan, Cambridge Place o BNP Paribas han tenido que reconocer pérdidas en sus fondos, al lado de bancos como el holandés NIBC o el alemán IKB.
Ahora, en el sector financiero, "veremos quien tiene dinero y quien no lo tiene, pues quien esté corto de liquidez tendrá que ir al mercado y ahora el Euribor está disparado por encima del 4,60 por ciento", explicó el analista de Renta4 Alejandro Varela, quien coincidió con otros analistas en que los bancos españoles no se verán afectados por estos problemas con las hipotecas 'subprime'.
En cambio, esta falta de liquidez sí que podría influir en algunas de las grandes operaciones corporativas en marcha, entre las que se encuentra la adquisición del banco holandés ABN-Amro.
Actualmente, existen dos ofertas competidoras por parte de Barclays (63.000 millones de euros) y de un consorcio constituido por el británico Royal Bank Of Scotland (RBS), el belga-holandés Fortis Bank y el español Santander (71.100 millones de euros).
Además del Euribor, que ha repuntado una décima en lo que llevamos de mes, la tormenta crediticia está influyendo en el precio del petróleo, puesto que el precio del barril de Brent ha bajado más de siete dólares desde finales de julio hasta los 70,39 dólares.
También ha cambiado la idea de los analistas sobre una posible subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) hasta el 4,25 por ciento, que se daba casi por descontada para el mes de septiembre, puesto que, antes de la tormenta de la última semana, se pensaba más en la inflación que en el endurecimiento de los créditos.
En Estados Unidos, según institutos análisis económicos, se está viviendo la peor situación hipotecaria en cuarenta años y, por ello, además de los préstamos de alto riesgo (17 por ciento del total por 600.000 millones de dólares), se podrían ver afectados los créditos denominados "Alt-A", con lo que la crisis se extendería a buena parte de estos productos financieros.
Por el momento, en consenso entre los analistas es que las causas que originaron esta crisis no han desaparecido: los "nubarrones" del crédito de alto riesgo quitan liquidez al resto del mercado crediticio, tanto a los títulos denominados "High Yield" (alto rendimiento) como a las emisiones de deuda bancaria senior.
"Ahora, con esta enorme falta de liquidez, no se diferencia entre créditos buenos y malos pero, en un tiempo, se empezará a hacer la distinción y las aguas volverán a su cauce", señalaron el equipo de "Investment Consulting" de All Funds Bank.
Sin embargo, el problema, coinciden todos los analistas, es que nadie, a estas alturas, sabe qué profundidad tiene la crisis de las hipotecas de alto riesgo.
La solución está en los mercados, aunque, al menos, habrá de esperar hasta que los mares se tranquilicen en otoño, tras un verano más movido de lo deseado. EFECOM
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