Zapatero defiende la reforma laboral en vísperas de la huelga
"Sabéis que respeto a los sindicatos profundamente (...) ellos tienen derecho a la huelga, pero el Gobierno tiene el deber de intentar cambiar las cosas para que se genere más empleo y pueda haber posibilidades para los jóvenes", declaró el líder socialista en un acto del partido en Zaragoza.
"Para eso hemos hecho la reforma laboral y espero que dé resultados y los podamos compartir en un futuro razonable con los sindicatos conversando y dialogando", añadió.
Los sindicatos han convocado la huelga general del 29 de septiembre, la primera contra el Gobierno de Zapatero, para protestar contra la reforma laboral, contra la anunciada reforma de las pensiones y contra los recortes del gasto público anunciados por el Gobierno.
Los secretarios generales de los sindicatos Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, dijeron en una entrevista conjunta publicada el domingo por el diario El País que la huelga era inevitable porque había sido "provocada" por el Gobierno por el "giro brutal en su discurso y en su política".
"Es una reforma laboral tremendamente lesiva que se configura como un retroceso muy grave en los derechos básicos del trabajo, como la contratación, el despido, las condiciones fundamentales de trabajo hasta extremos que pueden dejar en papel mojado la negociación colectiva", dijo Fernández Toxo.
Zapatero defendió sin embargo el historial de su Gobierno en defensa de los trabajadores y apeló "a la responsabilidad" de los sindicatos porque "para salir de la crisis y mejorar el empleo, además de criticar, parece razonable que se presenten propuestas para atajar" la situación.
Los sindicatos, hasta hace pocos meses en buena sintonía con el Gobierno, acusan un profundo descrédito en una sociedad en la que uno de cada cinco ciudadanos activos está en paro, y se han visto abocados a convocar el primer paro nacional en ocho años por los drásticos recortes presupuestarios de un Gobierno presionado por Bruselas para reducir el abultado déficit público y emprender reformas laborales y de pensiones.
Zapatero, que se ha visto obligado a abandonar un discurso eminentemente social en la peor crisis económica de la democracia, subrayó el domingo la necesidad de abordar con consenso la próxima reforma del sistema de pensiones.
"Podemos hacerla ahora o esperar a que dentro de 10-15 años tengamos problemas serios en el sistema de pensiones. Podemos hacerla ahora de manera tranquila, progresiva, razonable, con el máximo consenso y tener la tranquilidad que de aquí a 10-15-20-30 seguiremos teniendo mejores pensiones", declaró.
El Gobierno confía en poder remitir a las Cortes antes de final de año un proyecto de ley para reformar el sistema de pensiones con un posible retraso en la edad de jubilación.
Según el Gobierno, en 2050 por cada 1,7 trabajadores habrá uno mayor de 65 años frente a los casi 4 de ahora, convirtiendo a España en uno de los países más envejecidos en el mundo.