Chávez descarta fraude en las parlamentarias de Venezuela
El sistema electoral venezolano ha sido calificado por diferentes observadores internacionales como imparcial en los más de 10 comicios que se han celebrado en el país sudamericano desde que Chávez ganó las presidenciales en 1998, pero la oposición ha denunciado fallos en varias ocasiones.
Aliados del mandatario socialista agregaron esta semana que varios políticos de oposición estaban preparando, desde ya, protestas en contra de los resultados de los comicios en los que serán elegidos 165 diputados a la Asamblea Nacional y en los que el Gobierno espera mantener su mayoría parlamentaria.
"No hay posibilidad de un fraude", dijo Chávez en un acto transmitido a través de la cadena estatal.
"Esperemos en la noche (del domingo) los resultados, ustedes saben que eso ahora está blindado. Aquí nadie puede decir, a menos que sea un irresponsable, que hay un fraude montado", señaló.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) garantizó la transparencia de los comicios del domingo, pero observadores internacionales que llegaron desde el jueves dudaron del Gobierno.
Un rector del CNE venezolano, que mantiene una posición crítica al Gobierno, se hizo eco esta semana de denuncias hechas por la oposición que refieren un uso excesivo por parte de Chávez de los fondos públicos, incluyendo el dominio de la cadena de televisión estatal en la campaña.
Sin embargo, el oficial dijo a Reuters que los mecanismos de votación eran de clase mundial. Ningún líder opositor ha sugerido la existencia de un fraude total.
Sondeos y analistas han dicho que lo más probable es que el voto popular del domingo se divida en mitades bastante similares, con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), encabezado por Chávez, logrando un par de puntos porcentuales por encima de la coalición de la oposición.
Pero con la distribución de los circuitos electorales favoreciendo al Gobierno, es muy probable que el PSUV logre obtener la mayoría del Parlamento. El Gobierno espera captar al menos dos tercios de los escaños, lo que le permitiría aprobar leyes sin obstáculos.
Estas elecciones serán un importante termómetro para medir el apoyo a Chávez y a su autoproclamada "revolución socialista" de cara a las presidenciales de 2012.