Rodrigo Uría estuvo relacionado principales fusiones España últimos 30 años
Madrid, 17 jul (EFECOM).- El abogado Rodrigo Uría, que falleció hoy a los 66 años, ha estado relacionado por su labor, al frente del despacho Uría y Menéndez, con las principales operaciones económicas desarrolladas en España, entre las que figura la compra de Endesa por Acciona y Enel o la fusión del Banco Santander con el Central Hispano.
Desde 1973, fecha en la que entró en el despacho fundado junto a su amigo y ex ministro Aurelio Menéndez y su padre, Rodrigo Uría González -también abogado y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales de 1990-, se involucró en la reforma del bufete y en desarrollar su labor como especialista en Derecho Societario y en fusiones y adquisiciones.
La última de ellas, y quizás la más importante ocurrida en España, fue la opa de la eléctrica italiana Enel y la empresa de servicios Acciona sobre Endesa, por un volumen total que podría superar los 43.700 millones de euros al final de la adquisición.
Rodrígo Uría encabezó el asesoramiento de su despacho a la Acciona que, al final logró superar las dificultades de otras ofertas competidoras como la de la alemana E.ON, recordando otras operaciones difíciles como la ocurrida en 1999, cuando se fusionaron el Banco Santander con el Banco Central Hispano.
Esta fusión por absorción del Banco Santander no exenta de trabas, según varios expertos, logró cambiar el panorama financiero español, de forma que logró configurar un grupo con unos activos de 237.039 millones de euros y unos resultados conjuntos de 1.007 millones de euros, que le hicieron evolucionar hasta los 10.000 millones de euros de beneficios a los que podría llegar este año.
Además, ha sido presidente de empresas como Saint-Gobain Cristalería y miembro de consejos de administración como Barclays Bank, al que aconsejó también, en 1980, cuando compró el Banco de Valladolid, la primera adquisición de un banco español por otro extranjero.
Una de las razones del crecimiento del despacho Uría, que facturó 138,40 millones de euros en 2006 con 415 abogados y 85 socios, ha sido el intentar siempre, según decía el propio Rodrigo Uría, acompañar la apertura de la economía española hacia el exterior, desde los duros tiempos de una transición democrática hasta el buen momento actual en el extranjero de las empresas españolas.
Tampoco renunció a operaciones arduas y difíciles en el terreno cultural, en su puesto como presidente del Museo del Prado y miembro del patronato de la Fundación Xavier Zubiri, aunque uno de los puntos culminantes fue el encargo recibido para culminar las negociaciones que concluyeron con la instalación en España de la colección de los barones Thyssen.
Incluso llegó a aceptar retos como la de coordinar del equipo de abogados que representó a España en las reclamaciones exteriores derivadas de la marea negra del petrolero Prestige, que derivaron en un litigio contra la clasificadora ABS en un Tribunal Federal de Nueva York por 1.000 millones de dólares, pendiente de juicio.
Además de su labor profesional, en estos últimos años de vida, no olvidó además participar en acciones sociales, desde su puesto de vicepresidente de Acción contra el Hambre y, fundamentalmente, desde la Fundación Profesor Uría, en la que los abogados de su despacho ejercían el voluntariado social con el derecho para gente sin recursos.
Ha recibido condecoraciones de nivel internacional como la Orden Nacional de la Legión de Honor francesa, la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort -que distingue a los grandes abogados- y otras más ligadas a una trayectoria como la "Lifetime Achievement Award".
Quienes le recuerdan hoy lo hacen con alguno de sus sinceros consejos para los que desarrollaban la abogacía en su bufete: "los abogados tienen que saber derecho, pero tener mucho sentido común y ser simpáticos; no quiero estirados". EFECOM
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