El 'as en la manga' de la banca: ingresará 8.000 millones por ventas inmobiliarias
Eso sí, aunque en todos los casos la finalidad era la misma -desprenderse de uno o varios edificios-, la motivación para hacerlo ha sido mucho más variada. De esta forma, y teniendo en cuenta que siempre existen razones particulares de carácter estratégico en cada situación, la búsqueda de liquidez es una de las razones más obvias.
Las causas
A su vez, la finalidad que cada banco le dé a este capital también es diverso: levantar una ciudad financiera en las afueras de Madrid -Banco Santander (SAN.MC) y BBVA (BBVA.MC)-, poder afrontar una compra -Royal Bank of Scotland (RBS.LO) y la entidad que preside Emilio Botín en la todavía viva opa sobre ABN Amro (AABA.AM) - o amortizarla -el Sabadell (SAB.MC) tras adquirir Banco Urquijo-.
Asimismo, racionalizar el balance o dotar de mayor productividad a estos activos inmobiliarios se sitúan igualmente en el trasfondo de estos movimientos.
Pero si existe un denominador prácticamente común por el que se lleven a cabo estas ventas de propiedad ese es el propio estado del mercado inmobiliario: la desaceleración del sector y la previsible bajada, o cuanto menos estancamiento, de precios que se avecina ha hecho saltar todas las alarmas en la banca.
Un carrusel de movimientos
En este sentido, Deutsche Bank (DBK.XE), por ejemplo, lo tiene muy claro y considera que es el momento ideal para desprenderse de alguno de sus edificios más emblemáticos en España.
Así, tal y como adelantó elEconomista el pasado viernes, la entidad alemana ya ha puesto en venta la sede de Deutsche Bank Real State, en el número 42 del madrileño paseo de la Castellana -por 60 millones, a 12.000 euros cada uno de sus 5.000 metro cuadrados- y, más aún, se plantea vender su principal inmueble en la capital, situado en el 18 de la misma calle. Podría decirse que la estrategia que mantiene el banco en este ámbito es diferente a la de sus homólogos españoles, puesto que trata sus oficinas como un activo más que se vende en función del momento que atraviese el mercado.
Es decir, que la posibilidad de desprenderse de prácticamente cualquiera de sus edificios es permanente. No busca acumular cash, sino que intenta encontrar el instante idóneo para conseguir la mayor rentabilidad. Como muchos otros bancos, el Deutsche opina que los precios no van a subir mucho más, así que prefiere sacar el máximo beneficio antes de que sea tarde.
Seis grandes operaciones
Siguiendo un orden más o menos cronológico -algunas de las operaciones se entrelazan en el tiempo-, y por destacar los principales movimientos de los últimos tiempos -todos se han anunciado o producido en apenas dos meses-, cabe mencionar seis ejemplos significativos. Sin ser las únicas, cada una de ellas ha supuesto un auténtico campanazo.
En primer lugar, a finales del pasado mes de mayo, Metrovacesa (MVC.MC) realizaba la mayor operación inmobiliaria de la historia del Reino Unido al hacerse con la sede de HSBC (HSBA.LO). El precio, estratosférico: 1.600 millones de euros.
Tomó el relevo el banco que lidera Emilio Botín, y tampoco se quedó corto en la magnitud de las cifras que presentó, al poner en el mercado un total de 44 edificios y 1.200 sucursales. Los ingresos calculados que va a generar tamaño traspaso resultan tan mareantes como otras cifras que acostumbra a manejar el Santander. La valoración de las propiedades alcanza los 4.000 millones de euros y las plusvalías que podía conllevar rondan los 1.400 millones.
Como quiera que BBVA y el mismo Santander parecen vivir permanentemente pendientes el uno del otro, el primero no quiso ser menos que su competidor y, más o menos por las mismas fechas, comunicó que se deshacía de cuatro edificios. Y, desde luego, no eran unas propiedades cualquiera, ya que la emblemática torre de Azca -en el número 81 de Castellana- Alcalá 16, Goya 14 y el inmueble de Hortaleza-Vía de los Poblados estaban disponibles. Las plusvalías por esta operación se cifran en 300 millones de euros.
Tras las maniobras del Deutsche Bank, antes mencionado, vendría la segunda mayor venta inmobiliaria de la historia de Gran Bretaña, después del tremendo despliegue de Metrovacesa. Royal Bank of Scotland se desprendía de su edificio en Canada Square por 1.400 millones. Situado en pleno corazón de la City londinense, con 14.000 metros cuadrados de espacio, iba a parar a manos del empresario irlandés Derek Quinlan y la inmobiliaria Propinvest. El movimiento permitía a RBS aumentar su liquidez de cara a la posible compra de ABN.
En último lugar, Banco Urquijo reveló el pasado 4 de julio que cedería su mítica sede en Madrid por un precio "orientativo" de 57 millones de euros. Tras certificar que había quedado superada la absorción por parte del Sabadell, también comunicó que estaba dispuesto a escuchar ofertas por su edificio principal en Valencia.