Empresas y finanzas

Las vacaciones españolas de Michelle Obama provocan críticas



    WASHINGTON (Reuters) - La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, ha provocado un gran revuelo en el mundo de los chismes por su viaje a España, aunque algunos analistas de Washington lo describieron como una tormenta en un vaso de agua, sin efecto sobre su popularidad o la posición política de su marido.

    Los críticos dentro de EEUU describieron su viaje de la semana pasada a la Costa del Sol, acompañada de su hija Sasha, como un ejemplo de cómo ser completamente sordo a la política cuando los estadounidenses luchan con un 9,5 por ciento de paro y mientras su esposo anima al sacrificio.

    "La 'chica material' Michelle Obama es una María Antonieta del mundo moderno en unas ostentosas vacaciones españolas", indicó la semana pasada Andrea Tantaros, una ex estratega de campaña republicana, que aludía a la canción de Madonna "Material Girl" en el titular de su columna de opinión en el New York Daily News.

    Desde el lado más liberal, la columnista de The New York Times Maureen Dowd escribió durante el fin de semana: "En política y en la cultura popular, las apariencias lo son todo. Y las apariencias de Michelle son un mensaje que probablemente hizo estremecerse a algunos en la Casa Blanca y el Partido Demócrata".

    Pero Tim Kaine, presidente del Comité Democrático Nacional, no pareció estremecerse cuando le pidieron un comentario como "agente de viajes político" sobre el viaje de la primera dama.

    "Creo que está mal hablar de las vacaciones familiares de la primera dama como políticas; es una madre", dijo el lunes al programa 'Today' de la NBC, añadiendo que la visita era una oportunidad de darle a su hija "algo de exposición a una parte del mundo en la que no habían estado antes".

    La señora Obama se reunió el domingo con los reyes Juan Carlos y Sofía antes de regresar a Washington para una celebración atrasada del 49 cumpleaños de su marido con una barbacoa en la Casa Blanca.

    El presidente, Barack Obama, ha pasado buena parte de la semana de su cumpleaños hablando de la economía estadounidense y visitando plantas automovilísticas, duramente golpeadas por la recesión.

    Las familias de los presidentes, especialmente cuando tienen hijos pequeños, "reciben amplio espacio para tener una vida fuera de los confines de la oficina presidencial", señaló Nicolle Wallace, que fue asistente del ex presidente George W. Bush, del partido republicano, y asesora de la campaña presidencial de John McCain en 2008.

    "Pero creo que hay una responsabilidad que está en alguna parte entre el Ala Este y la Oeste (de la Casa Blanca) para guardar las apariencias de opulencia en un momento de gran sufrimiento económico para muchos estadounidenses", apuntó.

    "Simplemente parecía demasiado opulento para la época", añadió.

    Los analistas políticos creen que las críticas a esas vacaciones han tenido poco efecto.

    "Es la figura más popular de la Administración", indicó la analista de opinión pública del American Enterprise Institute Karlyn Bowman. "Simplemente no creo que los estadounidenses vayan a negarle unas vacaciones".

    Una encuesta de Gallup en julio mostró que la popularidad de Michelle Obama, del 66 por ciento, superó la del ex presidente Bill Clinton, con un 61 por ciento, y de su marido, con un 52 por ciento.

    Un representante de la Casa Blanca señaló que la familia pagó por sus gastos personales durante el viaje, mientras que la seguridad y el transporte quedaban "bajo las mismas normas que se han aplicado sobre cualquier viaje anterior de la primera familia; los viajes se dividen de forma proporcional con gastos privados pagados de forma privada; los gastos del Gobierno los paga el Gobierno".

    Los amigos de la señora OBama viajaron a España por su cuenta, y no en una nave del Gobierno, añadió el representante.