Empresas y finanzas
Santander cierra la compra de las oficinas de RBS: ya es el cuarto banco británico
Santander ha confirmado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que ha llegado a un acuerdo para la adquisición del negocio bancario a través de sucursales de Royal Bank of Scotland en Inglaterra y Gales y el de NatWest en Escocia. Esta operación convertirá a la franquicia británica del grupo que preside Emilio Botín en la cuarta red más grande del país, al contar con unas 1.600 oficinas, sólo por detrás de Llyods, Barclays y RBS.
El precio finalmente asciende a 1.650 millones de libras (1.987 millones de euros), incluyendo un fondo de comercio de 350 millones de libras (421 millones de euros)
La adquisición incluye 311 sucursales de RBS en Inglaterra y Gales y 7 de NatWest en Escocia, 40 centros bancarios para pymes, más de 400 gerentes de banca de empresa, cuatro centros de banca corporativa y tres centros de banca privada.
Las sucursales de RBS (RBS.LO) están centradas en pequeñas y medianas empresas, lo que las hace especialmente atractivas para Santander (SAN.MC), cuya cuota en ese mercado es, a cierre del primer trimestre, del 3%, y que se duplicará cuando se culmine la operación.
La operación afecta a 1,8 millones de clientes particulares, 244.000 pymes y aproximadamente 1.200 clientes de banca de empresas de tamaño mediano.
Impacto positivo en el core capital
Una vez cerrada, la compra tendrá un impacto estimado en el core capital del grupo de 40 puntos básicos. Se estima que la operación tenga un impacto positivo en el beneficio por acción desde el primer año y que el retorno sobre la inversión sea de alrededor del 15% al final del tercer año.
Está previsto que la operación se cierre entre finales de 2011 y principios de 2012 una vez obtenidas las aprobaciones necesarias.
El banco español, que culminará este año la unificación de sus marcas británicas es uno de los principales actores del mercado, con una cuota en hipotecas del 13% y del 10% en depósitos.
RBS tiene como principal accionista al Estado, que controla el 83% de su capital tras las inyecciones públicas recibidas. El regulador británico le había impuesto la venta de parte de sus redes comerciales para devolver esos fondos y también para cumplir con las exigencias de Bruselas en cuanto a las limitaciones de ayudas públicas. A pesar de que tenía hasta 2013, el banco británico prefirió iniciar antes las desinversiones.
Santander, desde que estalló la crisis internacional, además de la adquisición de Bradford & Bingley y Alliance & Leicester, ha concluido la operación sobre ABN Amro, ha elevado su participación del 24,9% en el norteamericano Sovereign y, también en Estados Unidos, adquirió una cartera de créditos del HSBC.
Ya en este año, acordó con Bank of America adquirir el 24,9% que el banco estadounidense tiene en Banco Santander México, por 2.500 millones de dólares y por 3.200 millones de dólares compró al Citi una cartera de financiación de vehículos en Estados Unidos.
Royal Bank of Scotland y el Santander, vendedor y comprador, mantuvieron durante años sólidas relaciones, que se materializaron en participaciones y consejeros cruzados. La entrada en Gran Bretaña en 2004 del Santander, con el Abbey, puso fin a esta situación al convertirse en un competidor directo.