Empresas y finanzas
Indra quiere llevar a España a la cima de la industria del robot
Juntas quieren crear una industria española de la robótica y su forma de conseguirlo se llama Hisparob. En el proyecto están, junto a Indra, ABB, Tecnatom, el Comité Español de la Automática y la Asociación de Robótica Española, pero esperan que se sumen nuevos miembros.
Objetivos
En primer lugar, conseguir dinero para llevar a cabo sus proyectos. Dinero de la Unión Europea, a través de subvenciones. Una empresa sola no lo tiene fácil para lograrlo, pero una plataforma como Hisparob sí podrá, o al menos ése es el plan.
Segundo: intercambiar conocimientos y experiencia. Tercero, y fundamental: posicionar a España en el sector. La peculiaridad: es la primera iniciativa público-privada en este campo. La unión hace la fuerza, parecen haber pensado. Y la Unión (Europea) también. Confían en el apoyo comunitario porque saben que cuenta con la red Euron, subvencionada por un programa marco, que impulsa la robótica, y en la que España tiene una importante presencia.
Un país que llegó tarde
¿España, avanzada en robótica? La mayoría de la gente no conoce las iniciativas que se desarrollan, pero este país tiene una importante red de universidades y centros de investigación en este campo. Lo que falta es que los esfuerzos se coordinen. ¿Por qué no contamos con una base industrial en robótica? Según Fernando García, director de Programas de Cooperación de Indra y coordinador de Hisparob, se debe a que "cuando se produjo la revolución de la robótica hace 20 años, España no estaba preparada".
Cuando uno piensa en robots se le vienen a la cabeza aquellos cuyo aspecto recuerda, en cierta medida, al de una persona. Pero los hay de muchos tipos, y la mayoría de ellos no son tan graciosos como R2D2. Por ejemplo, los de las cadenas de fabricación de coches. Según García, "los países líderes en robótica han sido fuertes en la industria del automóvil". Japón es ejemplo de ello.
En 2005 se vendieron 610.000 unidades en España del robot de limpieza de suelos Roomba, de iRobot, una cifra prometedora para el sector. Los expertos afirman que el futuro es de la robótica y Bill Gates, fundador de Microsoft, es uno de los principales defensores de esta teoría. Ya hay robots que realizan intervenciones quirúrgicas, como el estadounidense Davinci, que funciona en la clínica Ruber Internacional de Madrid.
Otros no españoles, como Papero y Aibo, de Nec y Sony respectivamente, desempeñan tareas más triviales, como entretener a los niños.
Un amigo en el desierto
Los hay que entienden el lenguaje humano y reconocen la voz de sus dueños, como el español Maggie, que es de los que se parecen -dentro de un orden- a una persona. Desarrollado por Robotics Lab -el departamento de Robótica de la madrileña Universidad Carlos III-, Maggie puede recordar a un anciano qué pastilla le toca tomar, programar el vídeo y poner en marcha el lavavajillas.
Según García, "los robots pueden ser muy útiles en la asistencia a discapacitados y ancianos. Creo que veremos soluciones para ayudar a las personas mayores a hacer cosas como abrir la puerta, acercar una silla... Hay un gran interés en este campo. Por eso es importante que parezcan simpáticos, que no den miedo".
García añade que "el robot sujeto al suelo que pone piezas de coches está cambiando hacia otros móviles, que dan otro tipo de servicios". Cuenta como ejemplo que se emplean robots todoterreno en una carrera por el desierto que el Pentágono estadounidense patrocina cada año. Siguen los pasos del participante cargando con su equipamiento y sus víveres, y pueden recorrer decenas de kilómetros en condiciones límite.