Empresas y finanzas

Stiglitz: Inmigración no aumenta gasto social pero puede hacer bajar salarios



    Madrid, 15 jun (EFECOM).- El premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, consideró hoy que la inmigración no acarrea un mayor gasto social para los países de acogida, aunque reconoció que la llegada de nueva mano de obra genera una competencia que puede bajar los salarios de los trabajadores nacionales y extranjeros.

    Stiglitz se pronunció así en el transcurso de una jornada sobre migraciones y culturas organizada por la Fundación Atman, durante la que señaló que la bajada de los sueldos provoca costes sociales y que "los pobres sean cada vez más pobres" porque su poder adquisitivo no varía.

    Sin embargo, indicó que "no es cierto" que la inmigración en su conjunto suponga un mayor desembolso para las arcas públicas de los países receptores.

    También admitió que otro desafío que plantea la inmigración es qué hacer, en épocas de recesión económica, con los trabajadores foráneos que dejaron sus países y que de pronto no tienen cabida en el mercado laboral.

    Para Stiglitz, que fue presidente del Banco Mundial, la solución a los desequilibrios que genera la globalización no pasa "por construir muros", como el que se está haciendo entre la frontera de México y Estados Unidos, sino por incrementar los salarios en los países en desarrollo y favorecer la integración en los países ricos.

    En cualquier caso, insistió en que la migración puede ser positiva tanto para los países que reciben a los inmigrantes como para los de origen.

    En este sentido, apuntó que las remesas que envían los extranjeros a sus familias se han convertido "en un motor de desarrollo" que en muchos países sudamericanos superan en cuantía a la inversión extranjera.

    En el caso de los países de acogida, Stiglitz señaló que los inmigrantes no sólo rejuvenecen la población, sino que además aportan "nuevas ideas a todos los niveles".

    Sin embargo, explicó que esta "fuga de cerebros" es, precisamente, uno de los mayores inconvenientes a los que se enfrentan los países en vías de desarrollo, que deben contemplar cómo otros países ejercen "una política selectiva" de captación de sus talentos. EFECOM

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