Empresas y finanzas
José Ramón Carabante, un coleccionista con arte
Se ha convertido en el accionista de referencia de Inmobiliaria Colonial y un socio estable de Reyal Urbis. Pero la historia empresarial no acaba aquí. En la mente de este amante de la pintura se cuecen muchos proyectos en diferentes sectores. Como él mismo dice, "no hay que poner los huevos en la misma cesta".
Con tan sólo 18 años tomó las riendas de una empresa con una plantilla de 800 personas. A partir de ahí ha gestionado mil negocios, como la recogida del fresón en Huelva o la venta de aparatos ortopédicos a Cuba. Pero una de las etapas que recuerda con mayor añoranza es la que protagonizó en el grupo navarro Orbaceita, donde dirigió la división inmobiliaria y luego pasó a ocupar el cargo de consejero delegado.
En 1981 cuando Adolfo Suárez dejaba la presidencia del Gobierno, el grupo Orbaceita echaba el cierre. De hecho, el mismo día que el líder de Unión de Centro Democrático (UCD) presentaba su dimisión en Moncloa, en la habitación de al lado la máxima cúpula del grupo navarro sellaba su disolución. Carabante se quedó con el negocio inmobiliario empezando su carrera como promotor. Ahora preside el Grupo 2002 que integra una treintena de empresas con intereses en los sectores inmobiliario, financiero y de servicios. Durante este camino hizo muchas amistades, como es el caso de Luis Portillo o Francisco Gómez. "Mi gran capital son las amistades", señala. Es tan leal con sus colegas que hasta ha llegado a perder dinero por ayudarles. El asegura no tener enemigos, aunque la envidia alimenta.
Entre Torrevieja, Sevilla y Huelva, este malagueño quedó atrapado por los encantos de Murcia, donde se trasladó a vivir junto a su mujer y su hijo, hace seis años. Durante la semana trabaja en sus oficinas, al lado de la plaza de Cibeles, donde está la sede de su nueva sociedad para invertir, denominada Corporación Financiera Issos. En su cuartel aprovecha para exponer parte de su tesoro: obras de pintores como Joan Miró, Menchu Ugal o Juan Echevarría. Aunque hay otras obras más especiales para este licenciado en Derecho y Economía como son las de su abuelo y su madre. Otra de sus pasiones son los libros incunables, que forman parte de su biblioteca, de la que Carabante no duda en presumir, al igual que de su amplia gama de plumas, algunas de ellas grabadas por artistas rusos.
Todo un coleccionista con arte que espera conservar su intimidad laboral y personal, aun ganando protagonismo, gracias a la ayuda, como él bromea, de sus espadas.