Empresas y finanzas

La reforma legal incluirá tres modelos distintos para las cajas

    Isidro Fainé, presidente de CECA y La Caixa.


    Habrá un traje a medida para cada caja. El Gobierno y la oposición han hecho caso a las peticiones del presidente de la patronal del sector y de La Caixa, Isidro Fainé, y pondrán a disposición de estas entidades distintos modelos para que elijan el que más les favorece. En concreto son tres los que recogerá la reforma de la ley de cajas , que tiene por objeto facilitar su recapitalización, en vísperas de que se aprueben unas mayores exigencias de solvencia a nivel internacional.

    El Consejo de Ministros analizará el borrador que permitirá a las cajas mantener el estatus actual, pero introducirá las llamadas cuotas participativas con derechos políticos (similar a las acciones) y la separación de su negocio financiero de la obra social a través de la creación de un banco.

    La primera opción podría servir para entidades de pequeño y mediano tamaño, cuyas necesidades de capital son menores, tales como Caixa Ontinyent, Caja Vital o, incluso, Ibercaja.

    Las otras dos alternativas encajarían más en el conjunto del sector. La reforma, que en principio será pactada entre el Gobierno y el PP, podría limitar en un 50% del capital la emisión de cuotas, aunque en caso de serias dificultades de una caja podría elevarse hasta el 100 por ciento.

    La creación de un banco nada tiene que ver como las llamadas fusiones frías, por las que las entidades centralizarán su negocio a través de un banco. Esta es otra opción, que consiste en traspasar a un grupo de nueva creación un grupo cotizado, que gestionaría la actividad financiera, y que sería controlado por la caja, que se convertiría en una mera fundación.

    Con estas fórmulas se daría entrada a inversores privados con los que capitalizarse. Pero también sería una vía para reducir el peso de los políticos en los órganos de las entidades de ahorros. El Gobierno quiere además reducir de manera directa su presencia del 50% actual al 40%. El PP quiere que ningún político en activo se siente en sus asambleas o consejos.