Gobierno consigue empezar a enfriar sus recalentados mercados de valores
José Álvarez Díaz
Shanghai, 2 jun (EFECOM).- China registró esta semana los primeros síntomas de enfriamiento de su recalentado sector bursátil con una medida gubernamental que triplicó repentinamente el impuesto sobre las transacciones de valores y frenó la racha de máximos sucesivos acumulados durante semanas.
Aunque el pasado 18 de mayo China subió los tipos de interés y del coeficiente de caja en los bancos, además de aumentar la flexibilización de su moneda respecto al dólar para tratar de ralentizar su acelerada economía y afrontar su excesiva liquidez, las bolsas parecían no reaccionar y los índices de Shanghai y Shenzhen siguieron al alza.
Los inversores individuales, atraídos por los rumores, la promesa de ganancias rápidas y la sucesión de cierres máximos históricos que se alcanzaron, uno tras otro, en ambas bolsas durante semanas, siguieron animados y abriendo cuentas hasta superar a finales de mes los 100 millones de suscripciones todo el país.
La fiebre bursátil parecía aumentar sin contención, mientras que la apertura de cuentas de inversión bursátil alcanzaba un ritmo de 200.000 diarias (en 2006 sólo hubo 3,08 millones nuevas suscripciones) y el dinero de uno de los pueblos más ahorradores del mundo entraba en el mercado de valores.
Ante una situación que despertaba cada vez más preocupación por el creciente riesgo de que explote la burbuja bursátil, alimentada por el frenesí de cada vez más inversores individuales se acercaran al mercado sin conocer su funcionamiento ni sus riesgos, el gobierno pareció reaccionar.
El pasado 29 de mayo, un día antes de la drástica medida impositiva, las bolsas chinas alcanzaron nuevos récords históricos que, tal vez, desde ahora sean algo más difíciles de superar que en los últimos meses: un cierre en 4.335,18 puntos en el índice general de Shanghai y uno de 13.456,60 enteros en el de Shenzhen.
El día 30, al triplicarse el impuesto sobre el comercio de acciones, desde un 0,1 por ciento al 0,3 por ciento del precio por el que se intercambian los títulos, el índice de Shanghai cayó desde ese máximo un 6,95 por ciento, y Shenzhen un 6,56 por ciento, en la mayor bajada desde el "martes negro" del pasado 27 de febrero.
La repentina intervención pareció funcionar, y el día siguiente incluso el portal de internet del ministerio de Finanzas se vio bloqueado, probablemente por el enfado que debió causar entre piratas informáticos el hecho de que el ministerio, el día 24, negase los rumores sobre esa medida, que al final lanzó el día 30.
Con todo, el día 31 tanto Shanghai como Shenzhen parecieron recuperarse de su mayor caída en tres meses, y cerraron con leves ganancias, pero ayer, viernes, el temor ante nuevas medidas gubernamentales provocó de nuevo fuertes caídas, de un 2,65 y un 3,92 por ciento, respectivamente.
Para algunos analistas chinos "el desplome fue para el corto plazo, antes de que el mercado reúna nuevas fuerzas para volver a tender al alza", como señala hoy en el diario "Shanghai Daily" Zhang Li, de la destacada casa de corredores shanghainesa Huatai Securities.
"Una vez más, las pérdidas suponen de nuevo la oportunidad de que los fondos desciendan hasta precios más baratos", añadió, lo que puede ser percibido por los inversores, de nuevo, como una buena ocasión para invertir.
Con todo, otro especialista, Wei Wei, de West China Securities, señaló que "esperamos que las correcciones continúen durante la próxima semana".
Desde la puesta en marcha de la medida impositiva, con la que parece que el gobierno pretenda educar a los inversores más inconscientes, el índice general de Shanghai ha caído más de 300 puntos en tres días.
Algunas cadenas chinas de televisión, como la regional de la provincia de Anhui, de difusión nacional, emiten estos días teleseries hongkonguesas sobre familias arruinadas, con miembros desesperados que se suicidan, por el desplome de los mercados asiáticos en los años noventa.
Entretanto, los analistas chinos estiman que el aumento de los impuestos afectará al mercado a corto plazo, conteniendo parte de las inversiones a ciegas de los más inconscientes, pero el sentimiento generalizado de ebullición bursátil volverá a disparar los precios de las acciones todavía más. EFECOM
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