El estilo Ferrari arranca en la fábrica
Con sus 15.000 habitantes, de los que al menos 2.000 trabajan directamente para la carrocera, Maranello podría haber sido una ciudad en la que la industria de la cerámica y, en menor medida, il porco, fueran su base y sustento económico. Sin embargo, una pequeña fábrica montada por Enzo Ferrari en los años 40 del pasado siglo cambió por completo la historia de este pequeño enclave del norte de Italia.
El Ferrari Village, construido en las afueras de Maranello, las innumerables tiendas de merchandising, la fábrica con el espectacular circuito de Fiorano, los museos (oficiales y privados)… Todo huele a Ferrari. Maranello es, en definitiva, la Meca a la que todos los buenos aficionados acaban yendo al menos una vez en la vida. Incluso acuden sus rivales más encarnizados, los amantes de Porsche.
Túnel de viento
Al llegar a la fábrica, lo primero que llama la atención es el grandioso túnel de viento, diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano en 1997. Túnel que, por desgracia, no es posible visitar, sólo ver de lejos. En él se comprueba la aerodinámica de los coches.
En la factoría existen numerosas plantas y árboles, pequeños stands expositores con diversos coches, un silencio que nada tiene que ver con lo que se espera de una fábrica de automóviles cuya pulcritud y limpieza ya la quisieran en muchas oficinas.
El trabajo se realiza sobre dos cadenas, una para los coches de ocho cilindros y otra para los de doce. Veintisiete son los automóviles que diariamente salen entre ambas. Desde su nacimiento hasta que el modelo es probado en la pista de Fiorano pasa exactamente un mes. Con esta producción, facturan cerca de 1.500 millones de euros anuales, a los que hay que añadir otros 600 millones que se recaudan con el merchandising.
Tras unos duros años de crisis, Ferrari ha vuelto a recobrar toda su energía gracias a un hombre, Luca Cordero di Montezzemolo, que ha sabido recuperar la marca sin necesidad de aumentar el volumen de producción y sin perder la independencia con respecto al grupo Fiat, al que pertenece.
Junto a la fábrica está el centro de diseño, que se ubica en un moderno edificio construido tipo jardín japonés hace tres años. Y junto a la antigua factoría, existe una zona en la que se restauran los Ferrari clásicos, donde se pueden ver modelos que son parte fundamental de la historia del automóvil.