Empresas y finanzas

"Santa Teresa quiere ser el 'Cartier' de la alimentación"

    Julián Gil, director general de Santa Teresa.


    "Queremos ser el Cartier de la alimentación". Esa es la definición que Julián Gil, presidente y propietario de Santa Teresa, hace de la compañía abulense. Gil no oculta que sus productos son hasta tres veces más caros en algunas ocasiones que sus competidores, pero explica la razón: venden alimentos de delicatessen, completamente naturales y de alta calidad.

    Eso es lo que ha permitido a la compañía cumplir este año su 150 aniversario y, en plena crisis, crecer a un ritmo superior al 13% y crear empleo. "En marzo incrementamos nuestras ventas un 25% y en abril hasta un 28%", asegura orgulloso, mientras que detalla las propiedades de su mayonesa natural, el huevo hilado, las famosas yemas de Ávila o su producto estrella, el membrillo.

    Gil adquirió la compañía en 1989 cuando estaba al borde del concurso de acreedores y vendía tan sólo yemas en la ciudad de Ávila y la ha convertido en una empresa que factura ya cerca de 10 millones de euros, emplea a 85 personas, tiene cuatro centros gastronómicos y está presente en las principales cadena de distribución españolas: El Corte Inglés, Carrefour, Eroski, Mercadona o Alcampo.

    La Dulce Avilesa

    La empresa tiene su origen en una confitería artesana, denominada La Dulce Avilesa -hoy La Flor de Castilla-, que desde 1860 elabora las primeras yemas de Santa Teresa. Durante más de 130 años, la empresa se dedicó única y exclusivamente a fabricar y comercializar este producto, que Gil decide sin embargo ampliar para emprender un ambicioso proyecto empresarial.

    "Quiero cocinar para la gente que vive sola o los que quieren cuidarse. Comemos hasta 67 conservantes al día y es imprescindible que volvamos a la cocina natural, la que hacían antes nuestras madres.", asegura. Santa Teresa cuenta para ello no sólo con un centro de producción en Ávila, sino también con un equipo de cocineros en Burgos que elabora platos preparados. Su objetivo es desarrollar el I+D adecuada para conseguir una mayor caducidad sin utilizar conservantes ni aditivos.

    No en vano algunos de sus productos se han elaborado a partir de una receta del mismísimo Martín Berasategui. "Crecemos a pesar de la crisis porque nuestro nicho de mercado crece sin parar. No hay quien nos pare", bromea el presidente de la empresa.

    Esa es una de las razones por las que la Junta de Castilla y León les ha elegido como uno de los 13 embajadores del sabor entre 3.100 empresas.