Industria resucita la receta energética que encarece la luz
- El documento apunta fuertes recortes para la solar y alerta del déficit de tarifa
El Ministerio de Industria sigue erre que erre. El Gobierno ha decidido no bajarse del burro en su propuesta de receta energética para el año 2020. Según el documento al que ha tenido acceso elEconomista, el departamento de Miguel Sebastián no ha dudado en resucitar los objetivos en renovables planteados en el Pacto de Zurbano.
Esta propuesta ya provocó un gran revuelo en el sector eléctrico, que lo criticó con dureza, y en el Congreso, donde se ignoraba la labor de la Subcomisión creada para fijar el mix para el año 2020. Ante esta situación y, tal y como adelantó elEconomista, el Ejecutivo retiró la medida del decreto que iba a aprobar sobre los acuerdos con los demás grupos políticos. Pero no ha pasado ni un mes y el Ministerio de Industria ha vuelto a la carga planteando el mismo objetivo de fijar los 74.547 megavatios verdes, frente a los 39.721 MW del año 2009. Una de cal y otra de arena para las renovables.
La participación de las renovables alcanzará el 22,7% en el mix energético en 2020, pese a que la patronal eléctrica Unesa alertó al Gobierno que estos planes provocarán una subida de la luz de hasta el 65% y tendrá un coste en el sistema de 14.000 millones.
Energías renovables
No obstante, en esta ocasión el Ministerio hace hincapié en el coste que supone el crecimiento de estas energías, sobre todo el de la fotovoltaica y la termosolar, de las que considera que no son aún tecnologías maduras y que por ello "hay que ralentizar su crecimiento para que sea un sistema competitivo". Es más, el Ejecutivo considera que "las rentabilidades elevadas" han provocado "efectos burbuja, como el de la fotovoltaica en 2008 y la incipiente termosolar (que habría proseguido en 2010 y sucesivos de no haber sido por el preregistro), así como un fuerte aumento de los sobrecostes del sistema".
De esta manera, Industria ya está avisando del próximo recorte en la retribución de estas tecnologías, que podría llegar al 40%, lo que supone una reducción de 12.000 millones.
Muy diferente es la situación para otras energías, como la eólica, donde el documento resalta que las exportaciones netas de la industria eólica aportaron 1.300 millones a la balanza comercial en 2008 y, además, la generación de esta tecnología evitó importaciones de fuentes fósiles por valor de 3.600 millones.
A pesar de su oposición a la energía solar, el Ejecutivo también resalta las bondades de las renovables. En concreto, asegura que han elevado su participación en el sector eléctrico hasta cerca del 30%. "Esta apuesta ha constituido un éxito desde varios ángulos", afirma el documento. En concreto, la tasa de abastecimiento se ha incrementado en 3 puntos desde 2005, hasta el 23%.
Asimismo, el texto también destaca desde el punto de vista medioambiental como las energías renovables ya no son un actor secundario en el mix, "sino un actor principal". Actualmente, las renovables representan el 12% de la energía final, que es el objetivo indicado por la UE para el año 2014. "Por este motivo, el Gobierno debe diseñar los vectores de crecimiento que hagan que esta participación sea sostenible", añade.
Déficit de tarifa
Por otro lado, Industria alerta del problema del déficit de tarifa, en tanto que se ha comprometido a eliminar este desajuste en 2013 -provocado por no tener tarifas que reflejen los costes reales cuando a las eléctricas se les ha prometido que se les compensará por ello-. En concreto, la cartera que preside Miguel Sebastián asegura que pese a la evolución del mercado mayorista (pool), a la salida de algunas partidas (extrapeninsulares, residuos nucleares, etc.) y a la subida de la luz, el déficit de tarifa "apenas se ha reducido".
Con todo, el Ministerio mostró a los partidos políticos seis objetivos, que se centran en alcanzar un 20% de energía final y un 40% de generación eléctrica de origen renovable, reducir el déficit de tarifa, preservar la competitividad de la industria, transferir la ganancia de la evolución tecnológica a los consumidores, evitar la especulación provocada por las rentabilidades excesivas en renovables (que daña su imagen), mitigar el incentivo al fraude y fomentar la mejora tecnológica.