Franquicias depilación acusan a empresa de mal uso que hace crecer el vello
Sevilla, 1 abr (EFECOM).- Tres franquicias de depilación y el titular de la marca se han denunciado mutuamente ante la Corte de Arbitraje de Sevilla, con denuncias cruzadas en las que se acusan de ofrecer servicios no autorizados y de provocar un mal uso del sistema que, en lugar de depilar, hace crecer el vello.
La primera denuncia fue presentada por tres franquiciados de Depilaris contra el titular de la marca, la empresa Broncearium S.L., a quien acusan de no haberle facilitado el material ni la formación adecuados, lo que llevó a "continuas quejas de los clientes" porque la depilación no fue definitiva y se vieron obligados a repetir sesiones gratuitas.
En su demanda, a la que tuvo acceso Efe, reclaman una indemnización de 18.000 euros, la anulación del contrato y la devolución de los 80.175 euros que entregaron a cambio de la maquinaria y el mobiliario.
Por su parte, la entidad Broncearium respondió con otra demanda en la que acusa a los franquiciados de "incumplir gravemente sus obligaciones" pues no pagan los "royalties" pactados y además solo estaban autorizados para ofrecer depilación y ofertaron otros tratamientos de fototerapia contra el acné, rejuvenecimiento, manchas y despigmentación.
Un portavoz de Broncearium dijo a Efe que este caso refleja "el grave problema que sufren en los últimos tiempos las empresas titulares de franquicias", que tras formar al franquiciado y asistirle en sus primeros pasos, "ven como éste quiere apartarse de la franquicia" una vez que ha adquirido la formación adecuada y ha creado una red de clientes.
Según la demanda de los franquiciados, la formación contratada de quince horas se limitó a dos y fue impartida por el administrador único de Broncearium, que "carece de la titulación médica y docente ofrecida en el contrato".
Además, las instrucciones que se dieron para utilizar la maquinaria "podría haber estado realizando el efecto contrario, es decir, el crecimiento del vello", según afirma la formadora de la maquinaria suministrada, que testificará en el proceso de arbitraje.
Al verse obligados a repetir sesiones gratuitas, los titulares han caído en una "ruina total" y se han visto abocados al cierre del negocio.
Los franquiciados denuncian otros incumplimientos como la falta de controles de calidad de las máquinas, el suministro de lámparas de fotodepilación que no eran válidas para pieles bronceadas, la falta de un programa informático de gestión y de fichas de clientes, así como la no realización de la publicidad corporativa prometida en contrato.
El arbitraje sometido a la Cámara de Comercio de Sevilla ha correspondido a Manuel Olivencia, ex catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Sevilla. EFECOM
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