Hagan juego: ¿cuáles son las empresas energéticas con más posibilidades de recibir una opa?
Una vez que se ha enfocado la recta final de la enrevesada oferta de compra por Endesa, el mercado ha empezado a hacer sus cábalas sobre qué compañías españolas podrían unirse para crear un gran gigante energético con una capitalización superior a los 28.000 millones de euros y no poder ser presa de otra empresa extranjera.
Repsol y Gas Natural
La primera opción en muchas cabezas y la que más ríos de tinta está haciendo correr es una posible unión entre Repsol (REP.MC) y Gas Natural (GAS.MC). Hay que tener en cuenta que tanto la petrolera como la gasista tienen un accionista de referencia en común: La Caixa. En la primera, la caja catalana tiene un 14 por ciento, mientras que en la segunda posee un 35,5 por ciento. Además, Repsol dispone de una participación directa en la gasista del 30,8 por ciento.
Asimismo, las dos empresas tienen negocios bastante complementarios. Por un lado, Gas Natural centra su actividad en el aprovisionamiento, transporte, distribución y comercialización de gas canalizado. Además, posee el derecho de uso exclusivo del gasoducto del Magreb que une Argelia con España, lo que coloca a la compañía en una inmejorable posición competitiva en cuanto al aprovisionamiento de esta materia prima.
Por su parte, Repsol, que es una de las veinte mayores petroleras privadas integradas del mundo, está incentivando la diversidad de su negocio. De hecho, su división de energía química, gas y electricidad aporta en torno al 10 por del beneficio bruto de explotación del consolidado del grupo. Sin embargo, no hay que olvidar que las secuelas del efecto Tango, la crisis provocada por la devaluación del peso argentino en 2001, y la de la errónea contabilización de reservas en Bolivia el pasado año, han alejado a Repsol de la pretensión con la que se compró YPF en 1999. En aquel año, cuando la compañía anunció la mayor compra de la historia hasta ese momento por parte de una empresa española -2 billones de las antiguas pesetas, que ahora son 12.000 millones de euros-, la intención de la compañía controlada entonces por La Caixa y BBVA era que Repsol entrará en la Primera División de las petroleras mundiales, cosa que no ha ocurrido.
Gas Natural, por su parte, necesita aliarse con alguna empresa para crecer, tras sus ofertas fallidas en los últimos años -el 1 de febrero retiró su opa por Endesa y también ha pretendido en distintas ocasiones a Iberdrola-. Además, sería el sueño de Antonio Brufau, presidente de Repsol, ya que conoce a fondo ambas compañías. Antes de ocupar el asiento de la petrolera había sido presidente de Gas Natural. Esta unión crearía un coloso netamente catalán con una capitalización de 45.639 millones de euros, que habría obtenido en 2006 un beneficio neto en torno a los 3.979 millones de euros. Con este resultado se colocaría en el cuarto puesto dentro del Ibex 35 por beneficio, por detrás de Santander, Telefónica y BBVA.
Sin embargo, en la actualidad, estas dos empresas por separado tienen poco atractivo bursátil. El consenso de mercado que recoge FactSet establece un precio objetivo para Repsol en 25 euros, prácticamente en línea con el precio al que cerró ayer, en los 25,24 euros. Por su parte, para los títulos de Gas Natural establecen un precio de 32,8 euros para los próximos doce meses, por debajo del cierre de ayer en los 35,15 euros.
Gas Natural - Unión Fenosa: Una opción más compleja
La segunda opción que pasa por la cabeza de los inversores sería que Gas Natural lance una oferta por Unión Fenosa (UNF.MC). Por ahora, Unión Fenosa es la eléctrica española con menor tamaño, por lo que sería una adquisición bastante sencilla para la gasista presidida por Salvador Gabarró. Se crearía una empresa con una capitalización de 27.692 millones de euros con un beneficio neto de 1.490 millones de euros. Sin embargo, para que se realizase esta operación habría que contar con la aprobación de ACS, que posee el 40 por ciento de la eléctrica y, de forma indirecta, con el visto bueno de la familia March, que es el principal accionista de la constructora con más de un 20 por ciento del capital en su poder -a través de su brazo financiero Corporación Financiera Alba-.
Abertis, como canje
Para conseguir el visto bueno de Florentino Pérez, presidente de ACS (ACS.MC), en esta operación, La Caixa podría ofrecer como intercambio su participación en la concesionaria Abertis, donde posee el 24 por ciento. De esta forma, la constructora se convertiría en el principal accionista de la autopistas, y vendería su participación en Fenosa, donde en la actualidad tiene el 40 por ciento.
Así, ACS podría liderar el negocio de la concesiones en el mundo si al final Abertis (ABE.MC) se fusiona con Autostrade, un hecho favorable ante una posible desaceleración del sector del ladrillo.
Iberdrola y Unión Fenosa
Sin embargo, los expertos no se decantan porque sea el único futuro de ACS, ya que consideran estratégica esta participación en la eléctrica. Por eso, el mañana de la compañía presidida por Pedro López podría ir unido a una fusión con Iberdrola. Estas nueva compañía sería fruto de una unión auspiciada por uno de los accionistas principales en ambas compañías: ACS. La constructora de Florentino Pérez, que posee el 40 por ciento de Fenosa, entró a finales de septiembre de 2006 en la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán, al comprar en un principio un 6 por ciento, que más tarde ha incrementado hasta el 13 por ciento actual.
Aunque esta unión no cuenta con el beneplácito de las autoridades políticas españolas, la opción puede cambiar una vez que Endesa, la mayor eléctrica española, ya no enarbole una bandera española al acabar en manos de una empresa extranjera: Enel o E.ON. La unión de Iberdrola y Fenosa crearía un gigante energético con una capitalización de 44.346 millones de euros que hubiese tenido un beneficio neto en 2006 de 2.296 millones de euros. En la actualidad, la legislación española limita los derechos de voto correspondientes a una sociedad que disponga de participaciones superiores al 3 por ciento en dos empresas significativas del mismo sector. Además, esta nueva compañía podría crear un gran operador de la Península Ibérica, dado que Iberdrola tiene un 9,5 por ciento de la portuguesa EDP, que a su vez posee el 98 por ciento de Hidrocantábrico.
Sin embargo, y ante la posibilidad de que esta opción pueda prosperar, los responsables de Iberdrola han tomado decisiones que dificultarían mucho esta fusión. Iberdrola acaba de cerrar la mayor ampliación de la historia para adquirir la escocesa Scottish Power -8.625 millones de euros-. Esta operación le permite ganar tamaño -comer para no ser devorado-. Además, ya se especula con que después de esta compra el objetivo sea una nueva adquisición, esta vez en EEUU.
Además, el presidente de Iberdrola Ignacio Sánchez Galán ha fortalecido el núcleo accionarial con la entrada de las cajas ante la incertidumbre sobre si podría recibir una oferta hostil. En la última semana, Bancaja ha elevado su participación en Iberdrola hasta el 2,02 por ciento. Por otra parte, también ha dejado la puerta abierta a empresarios andaluces. Urende, la compañía del Grupo Sánchez-Ramade, anunció el 20 de marzo la compra del 1,0178 por ciento de la eléctrica por casi 303 millones de euros. Por otra parte, Invernina, sociedad del empresario inmobiliario andaluz Nicolás Osuna, ya tiene una participación del 1,432 por ciento y la caja andaluza Unicaja cuenta casi con el 2 por ciento de Fenosa.
Estas especulaciones también se han dejado ver en el parqué, ya que las acciones de Iberdrola han subido con fuerza desde que empezó toda la batalla en Endesa: el 5 de septiembre de 2005. Además, ha provocado que cotice por encima del precio que fija el consenso de mercado, en los 32,5 euros. De hecho, ayer las acciones de Iberdrola cerraron en los 35,39 euros.
La cuarta operación con La Caixa, Sacyr y ACS de protagonistas
La cuarta gran operación que se podría producir en el parqué español tendría como fruto dos gigantes, propiciados por el reparto de Iberdrola. Si La Caixa, Sacyr (SYV.MC) y ACS, como principales accionistas de Repsol y Unión Fenosa, lograran financiación para lanzar una oferta pública de adquisición sobre Iberdrola podrían asaltar la segunda eléctrica del mercado español con la intención de repartírsela. El resultado sería que Unión Fenosa se quedaría con la parte verde de todo este entramado, quizás con el control de Gamesa -Iberdrola es el primer accionista de la compañía de aerogeneradores con un 24 por ciento-, mientras que Repsol ganaría dimensión y una estructura financiera mucho más eficiente. En el caso hipotético de un reparto de Iberdrola al 50 por ciento, la nueva Repsol valdría casi 50.000 millones de euros y su apalancamiento (relación entre la deuda y el ebitda) se iría a 1,3 veces, frente a la actual relación de 0,8 veces.
Sin embargo, toda estas cábalas son fusiones hipotéticas que a lo mejor, en un futuro no consiguen pasar de la probeta de ensayo, ya que en muchos casos tienen que contar con el visto bueno del Gobierno.