Renault registró unas pérdidas de 3.125 millones de euros en 2009
Renault registró unas importantes pérdidas de 3.125 millones de euros el año pasado, frente a un beneficio de 571 millones de euros del año anterior, según ha anunciado hoy el grupo automovilístico francés, que lo atribuyó al contexto de crisis que ha afectado particularmente al sector.
De la cifra total de pérdidas, algo más de la mitad se originó en la propia actividad de Renault, mientras que 1.561 millones procedieron de sus participaciones en otras empresas: 902 millones por la japonesa Nissan, 370 millones por la rusa AvtoVaz y 301 millones por la sueca Volvo.
El responsable financiero de Renault, Thierry Moulonguet, eludió reconocer antes los medios que el resultado neto de la empresa fue el peor de la historia y puso el acento en que las cifras negativas se concentraron esencialmente en el primer semestre de 2009 (2.700 millones de euros), al mismo tiempo que en el segundo la situación había evolucionado "positivamente".
Mejor flujo de caja
La facturación se redujo un 10,8% para quedar en 33.712 millones de euros, debido a una reducción del 3,1% de las ventas de coches, con 2.308.626 unidades, asi como a un precio medio de los vehículos más bajo y a la fortaleza del euro frente a las otras divisas con las que trabaja el grupo.
La dirección de la compañía hizo hincapié en los 2.088 millones de euros de flujo de caja generado por la actividad automovilística en 2009, recordando que el único objetivo financiero que se había marcado el pasado año a la vista de la crisis es que esa cifra fuera positiva, lejos de los 3.028 millones negativos de 2008.
Precisamente, ese flujo de caja fue lo que permitió reducir el endeudamiento neto de los 7.944 millones a finales de 2008 a 5.921 millones un año más tarde (un 35% de los capitales propios en lugar del 40,9%). Además, el 31 de diciembre pasado, la empresa disponía de 5.408 millones de euros de tesorería.
Acciones para 2010
Para 2010, Renault vuelve a limitar sus objetivos financieros a cerrar el ejercicio con un flujo de caja positivo, para lo que ha definido cinco ejes de trabajo.
Se trata en primer lugar de aumentar su cuota de mercado en Europa, donde espera una reducción general de las ventas del 8-10%, gracias a los modelos más recientes, y a los nuevos que va a comercializar, y de continuar obteniendo sinergias de sus alianzas, en particular con Nissan, que le reportó 1.500 millones de euros en 2009 a los que se deberían añadir 1.000 millones este año.
La reducción de costos estará marcada en particular por la destrucción media de 4.000 puestos de trabajo, esencialmente en Europa.
También tiene intención de ejercer un serio control de las inversiones, que deberían mantenerse al mismo nivel (en torno al 9% del volumen de negocios) y seguir con la "optimización" de los fondos, lo que pasa en particular por tener un nivel bajo de existencias.
El presidente de Renault, Carlos Ghosn, quiso proyectarse más allá de la crisis, y justificó en ese contexto su política de desarrollar masivamente vehículos eléctricos a partir de 2011, ampliar su gama alta, reforzar su presencia en los países emergentes y acelerar las sinergias con Nissan.