Empresas y finanzas

Trabajadores Delphi radicalizarán protestas a partir del lunes



    Cádiz, 15 mar (EFECOM).- El pleno del comité de empresa de Delphi en Puerto Real (Cádiz) acordará el próximo lunes, día 19, un nuevo calendario de movilizaciones, sin descartar cortes de tráfico e incluso huelgas de hambre, ante el "maquiavélico" plan de la multinacional para provocar la "asfixia financiera" de la planta.

    En rueda de prensa ante las instalaciones de la factoría en el municipio gaditano, el presidente del comité, Antonio Pina, denunció la "falta de ética y moralidad" de la empresa estadounidense Delphi, que por un lado se acoge a las subvenciones de las administraciones públicas y por otro, "diseña un plan perfectamente orquestado para dejarnos en la estacada".

    Pina, que realizó un recorrido cronológico desde la llegada del nuevo director de la planta puertorrealeña, Gonzalo Herrera, hasta el anuncio de cierre del pasado 22 de febrero, explicó que los productos desarrollados en Cádiz con subvenciones de la Administración Autonómica y del Gobierno Central han pasado posteriormente a otras plantas de Delphi con menor coste de mano de obra, como Krosno y Tichy en Polonia, una vez que se había completado todo el desarrollo y la puesta en marcha.

    Según los representantes de los trabajadores, Delphi ha obligado a la planta de Cádiz a vender productos a otras plantas del mismo grupo por debajo de sus costos de fabricación, "beneficiando así a otras plantas que consideraba más estratégicas".

    Pina explicó que Delphi también obligó a la planta gaditana a comprar productos de otras plantas por encima del precio del mercado y a cancelar proyectos rentables (rodamientos Ford), "con el único objetivo de facilitar el cierre de la planta".

    Aseguró que la factoría de Puerto Real no fue tenida en cuenta desde 2005 por la dirección mundial para la cotización de nuevos proyectos; por lo que su cierre, sin afectar a clientes, "sólo ha podido ser el fruto de un plan minucioso, secreto y premeditado por la organización de Delphi".

    Tras la reunión que mantuvieron el pasado martes con la dirección de la planta y el delegado provincial de Empleo, Juan Bouza, "en la que no hablaron de indemnizaciones ni de cierre", el comité recibió esa misma tarde la "sorpresa" de un comunicado oficial de Delphi en el que reiteraba su intención de cerrar la planta mediante un proceso "ordenado".

    "La estrategia para mantener la calma y el diálogo con la actividad está siendo difícil", aseguró Pina, por ello, el comité ha decidido recrudecer las protestas y el próximo lunes acordarán un nuevo calendario de movilizaciones, "siempre conjugándolo con la actividad industrial", donde no se descartan medidas drásticas como huelgas de hambre o cortes de tráfico, "pero la medida será consensuada", matizó.

    Los trabajadores, cansados de que las Administraciones Públicas no hayan pasado ya de las palabras a los hechos, exigieron al Gobierno Central la puesta en marcha de la anunciada Oficina Técnica y Económica para dar respuesta a la crisis, "en la que deben estar los sindicatos", así como el cumplimiento del Plan Industrial 2005-2010" para buscar alternativas al conflicto, porque si esto se alarga en el tiempo, las dimensiones del problema pueden ser incalculables".

    Los empleados, que aseguran que la intención de Delphi en principio fue provocar un cierre patronal, temen ahora que el siguiente paso pudiera ser declarar quiebra técnica, "una nueva provocación que tenemos que impedir".

    Pina criticó duramente a la "panda de vándalos" de Delphi tras decir en la reunión del martes que les garantizarían los salarios de marzo y abril y confirmarles ayer que la última nómina no está garantizada.

    "Nos da igual la empresa que compre o el nombre que le pongan, queremos carga de trabajo ya, y las administraciones nos tienen que dar respuestas porque hasta ahora no han hecho absolutamente nada", aseveró Pina.

    Un grupo de trabajadores, mujeres y alcaldes de la Bahía de Cádiz acudirán el próximo día 21 al Parlamento Europeo para exigir el cumplimiento del plan industrial firmado en 2005, así como un cambio en las políticas industriales europeas.

    La planta de Puerto Real cuenta con 1.600 empleos directos, pero podrían ser 4.000 las familias afectadas por el cierre de la factoría. EFECOM

    mb/vg/prb -Con fotografía-