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El Gobierno alemán debate gravar vuelos según el consumo de carburante



    Berlín, 5 mar (EFECOM).- El ministro alemán de Transportes, Wolfgang Tiefensee, quiere implantar tasas de aterrizaje proporcionales al gasto de carburante de los aviones, así como promover un control más racional del tráfico aéreo para evitar itinerarios más largos de lo necesario, con el fin de proteger el medio ambiente.

    Según explicó hoy en Berlín el portavoz del Ministerio, "una mejor organización del tráfico aéreo permitiría reducir las emisiones de CO2 y el gasto de carburante".

    Algo a lo que contribuiría también la implantación de tasas de aterrizaje en función del nivel de contaminación de los aviones, que "gravaran más a las flotas más anticuadas, y supusiera un incentivo para utilizar aviones más modernos", apuntó el portavoz.

    De llevarse adelante la propuesta de Tiefensee, la nueva normativa se pondría a prueba durante un primer periodo de tres años.

    Los responsables de Medio Ambiente y Transportes, en Alemania, coinciden en la necesidad de regular el tráfico aéreo con el fin de reducir las emisiones de gases contaminantes.

    El titular de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, se ha declarado partidario también de incluir el tráfico aéreo en el mercado de emisiones, "lo que obligaría a las aerolíneas a acometer muchos cambios, que hoy se traducen en vuelos innecesarios", reiteró esta mañana en la televisión alemana ARD.

    Gabriel declaró la batalla a los vuelos en zig-zag con el fin de evitar aeropuertos con tasas más altas: "Las aerolíneas tienen que notar que los vuelos innecesarios salen caros", añadió el responsable alemán de Medio Ambiente, que tampoco ha descartado gravar el queroseno, hasta ahora libre de impuestos.

    La Asociación de Aerolíneas Alemanas (BDF) ha mostrado su disposición a reducir las emisiones de CO2.

    Tanja Wielgoss, la directora de esta asociación a la que pertenecen Air Berlín y Lufthansa, las mayores aerolíneas alemanas, apuntó que la implantación de tasas de aterrizaje en función del nivel de contaminación de los aviones, podría ser "una medida con sentido desde el punto de vista ecológico".

    Lo que rechaza la BDF son los planes de la Comisión Europea (CE) de incluir el tráfico aéreo en el comercio de emisiones de CO2 que regula el nivel de gases tóxicos que lanza cada país de la Unión Europea (UE) al medio ambiente. EFECOM

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