Perú busca un hueco en el mercado internacional del aceite de oliva
Àngels Masó
Tacna (Perú), 23 feb (EFECOM).- Perú busca un hueco en el mercado internacional del aceite de oliva, después de que en los últimos cinco años se haya disparado la exportación gracias a la aplicación de nuevas tecnologías y a la colaboración del Gobierno español.
La producción ha crecido desde 2002 de forma sostenida y las 942,6 toneladas producidas el año pasado superaron en más del doble las 389,1 del 2005, según datos facilitados a Efe por el Ministerio de Agricultura peruano.
En paralelo al incremento de la producción, ha aumentado el número de países receptores de aceite peruano. En 2002 sólo Chile, Estados Unidos y Japón era importadores, pero hoy son más de 12 las naciones a las que Perú exporta, entre ellos Bolivia, Canadá, Francia, México o España.
Los principales centros productores están situados en el sur del país, sobre todo en la región de Tacna, fronteriza con Chile y donde en 2005 se produjo el 86,17 por ciento del aceite de oliva peruano.
Con el objetivo de optimizar la calidad de este producto en una zona donde la tecnología utilizada sigue siendo primaria, se lleva a cabo un proyecto pionero para formar a hijos de agricultores en el Centro de Formación Agrícola de Tacna (CFAT).
Construido hace cinco años gracias al apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), este centro capacita cada año a más de 30 jóvenes en olivicultura, quienes después regresan a las parcelas familiares para aplicar las técnicas aprendidas o bien para crear sus propias empresas.
Ésta es la intención de María del Carmen de la Cruz, alumna del CFAT, quien llegó a Tacna procedente de Lima y afirma que la educación adquirida le va a servir para dirigir su "propia empresa".
Según De la Cruz, los conocimientos que se imparten en esta escuela oficial van a servir para que, con el tiempo, aumente la productividad en la zona.
De la misma forma opina Pamela Ayca, hija de agricultores tacneños, quien quiere aplicar las enseñanzas recibidas para ampliar el negocio de sus padres, una parcela de olivos de 10 hectáreas.
La AECI se involucró en la creación del CFAT con una inversión de 850.000 dólares con el ánimo de erradicar la pobreza en la desértica región de Tacna a través de la mejora de la rentabilidad agrícola de sus cultivos.
El director del centro, Florentino Sandoval, comentó a Efe que "lo más importante es la transferencia de tecnología de lo que los jóvenes aprenden en el centro a la tierra", algo que por ahora se percibe en la calidad de la aceituna que se cultiva.
La mayoría de los profesores se han formado en España, país con larga tradición en la comercialización de aceite de oliva y donde los maestros peruanos aprenden las últimas técnicas en producción y conservación de aceitunas.
El modelo español ha servido también para idear el programa educativo del CFAT, que combina las clases teóricas con las prácticas, y que es una réplica de la enseñanza que reciben los capataces aceituneros en España.
Desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, los alumnos de entre 16 y 23 años estudian con entusiasmo en las aulas y se forman en el campo.
Su dedicación revertirá en la producción agrícola de la zona, donde en los últimos 10 años las grandes empresas productoras se han dotado de sistemas tecnológicos punteros y en la que la exportación de aceite de oliva parece destinada a seguir creciendo. EFECOM
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(con fotografía)