Empresas y finanzas

Fusiones y adquisiciones señalan las dificultades del sector del automóvil



    César R. Díaz

    Toronto, (EEUU) 21 feb (EFECOM).- Fusiones y adquisiciones son las palabras de moda en estos días de dificultades para la industria del automóvil estadounidense que busca de forma desesperada cómo reestructurarse para encarar el futuro.

    La última salva de esta interminable batalla de noviazgos y desamores la protagonizan dos personajes clásicos, el número 1 y 3 del automóvil estadounidense, respectivamente General Motors y el Grupo Chrysler.

    La semana pasada se supo que los directivos de GM, Rick Wagoner, y de DaimlerChrysler, Dieter Zetsche, se reunieron en diciembre en Detroit para tratar la posible adquisición del Grupo Chrysler (Chrysler, Dodge y Jeep) por parte del gigante estadounidense.

    Zetsche, que llegó a la máxima dirección de la multinacional germana precisamente por los buenos resultados de su gestión al frente del Grupo Chrysler, parece haber llegado a la conclusión que los problemas del fabricante estadounidense son un lastre para el resto del grupo.

    Los accionistas germanos están descontentos desde hace tiempo con el rendimiento de Chrysler y el sentimiento se ha agravado después de que el grupo perdiese 1.500 millones de dólares en 2006 en su mayor parte debido a los pobres resultados experimentados en Estados Unidos.

    Atrás queda la euforia de 1998 cuando Daimler-Benz se "fusionó" con Chrysler -que atravesaba una crisis al menos tan grave como la actual- y dio paso a una histórica unión germano-estadounidense.

    Pero, si Daimler-Benz no quiere a Chrysler, ¿quién se hará con el problemático fabricante estadounidense?

    Hoy la franco-nipona Renault-Nissan parece haberse desmarcado del interés por hacerse con Chrysler después de que el periódico económico "The Wall Street Journal" informase que Ghosn ha dicho que no tiene intención de hacerse con el fabricante.

    La postura de Ghosn es especialmente significativa porque Renault-Nissan sí expresó el año pasado un fuerte interés por unir fuerzas con General Motors, alianza que Wagoner acabó desestimando como inapropiada para la empresa que dirige.

    Según el rotativo, Ghosn considera al Grupo Chrysler como demasiado pequeño para las necesidades del fabricante franco-nipón (y quizás demasiado complicado de reflotar), lo que plantea una interesante nueva alternativa al juego de matrimonios que vive el sector del automóvil.

    Tras el fracaso de las negociaciones entre Renault-Nissan y GM, Ghosn ha mantenido su interés en buscar una alianza con un fabricante estadounidense.

    Si General Motors no quiere y Chrysler es demasiado pequeño, la única alternativa restante es Ford quien también atraviesa una grave crisis y está a la búsqueda de soluciones más o menos radicales para asegurar su futuro.

    Pero volviendo a Chrysler, el grupo surcoreano Hyundai también ha negado una información aparecida en Gran Bretaña por la que estaría interesado en adquirir al fabricante estadounidense.

    Hyundai está expandiéndose rápidamente en todo el mundo, incluido el mercado norteamericano, y al fin y al cabo Estados Unidos es el principal mercado del mundo. Pero el grupo surcoreano atraviesa sus propios problemas domésticos y tragarse una empresa de la magnitud de Chrysler parece demasiado todavía para Hyundai.

    Lo que nos devuelve a General Motors.

    GM está en medio de una dramática reestructuración tras perder 10.600 millones de dólares en el 2005.

    A pesar de seguir perdiendo mercado en Norteamérica, el plan de reestructuración de Wagoner -que incluye la eliminación de decenas de miles de puestos de trabajo, el cierre de plantas y la reducción de la producción- parece estar dando resultados.

    Una de las ventajas inmediatas de la adquisición de Chrysler sería aumentar los ingresos de GM y su cuota de mercado, lo que permitiría al fabricante estadounidense mantenerse por delante de Toyota, que amenaza su supremacía mundial.

    En el capítulo de los problemas para GM, además del obvio de hacerse cargo de una complicada empresa con años de decadencia, está la larga lista de marcas bajo el mismo techo, lo que muchos analistas consideran un grave problema.

    Hoy en día General Motors vende automóviles en todo el mundo bajo los nombres Buick, Cadillac, Chevrolet, GMC, GM Daewoo, Holden, HUMMER, Opel, Pontiac, Saab, Saturn y Vauxhall. Añadir Chrysler, Jeep y Dodge no haría más que exacerbar la competitividad entre las marcas de GM y no contra otros rivales. EFECOM

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