Recuperar la demanda internacional, única esperanza para colocar 600.000 pisos en stock en la playa
Los construtores españoles observan con esperanza cómo las principales economías de la UE anuncian que están saliendo de la recesión. Atraer nuevamente a los inversores extranjeros es la única manera de colocar el excedente de segunda residencia que aguarda un comprador en las costas españolas.
Según un artículo publicado hoy en El Mundo, la mitad de las casas terminadas que no se venden están situadas en la costa, destinadas a uso vacacional.
Un total de 600.000 inmuebles se encontrarían en esta situación y, aunque poco a poco, cada mes esta cifra aumenta.
En época de vacas gordas en el ladrillo casi la mitad de operaciones de venta se inmuebles de segunda residencia que se realizaban las cerraban ciudadanos foráneos.
Un grupo de promotoras urbanísticas se ha empeñado en la recuperación de ese mercado foráneo, principalmente europeo, que la crisis económica mundial debilitó. Para ello, han solicitado la ayuda de la administración pública, recurriendo al Instituto de Comercio Exterior y a la Oficina Económica de Moncloa. Como la respuesta recibida ha sido más bien fría, algunos de ellos han decidido mover ficha por su cuenta y riesgo y han creado una plataforma inmobiliaria, Spanish Home Network, que sirva de escaparate en el exterior a su producto.
Respaldada por la Junta de Andalucía, esta plataforma ofrece, además, al inversor que viene de fuera de España todo un servicio personalizado para facilitarle al máximo cualquier tipo de gestión necesaria para formalizar la compra de un inmueble.
Según El Mundo, en 2003 los ciudadanos extranjeros compraron inmuebles en el litoral español por valor de 7.072 millones de euros. En 2007 -y contando la subida de precios de los inmuebles-, la cifra se redujo hasta los 5.300 millones.