La segunda residencia sale más cara: tipos más altos y menos importe y plazo
Tipos de interés algo más elevados y menos importe y plazo para la financiación son las características de estas 'segundas' y costosas hipotecas para los pocos que puedan animarse a invertir en el mercado inmobiliario actual.
Nunca la alegría es completa. En estos momentos, cuando el precio de la vivienda comienza a recuperar un cierto equilibrio tras lustros de boom inmobiliario, el de la financiación a particulares ha dejado de ser tan generoso como antes. Así, y pese a unos tipos de interés que se mantienen bajos, bancos y cajas vienen subiendo últimamente el diferencial que aplican a sus hipotecas, pidiendo un mayor número de garantías al cliente así como exigiéndole la contratación de otros productos. Resultado: préstamos más caros y difíciles de negociar. Pues bien, si a todos estos condicionantes le sumamos que lo que queremos financiar es una segunda residencia, los recelos aumentan.
Para empezar, plazo e importe a financiar suelen ser menores. La mayoría de las ofertas del mercado limita la cuantía de años del pago al entorno de los 25, es decir, algo menos del plazo que se puede firmar por una hipoteca convencional. Y si bien en las de vivienda habitual se cubre como mínimo un 80% del total tasado, e incluso se llega a un 100%, en las de segunda residencia se fija el tope en un 70%.
Estos dos factores, sin embargo, no encarecen la hipoteca, sino casi al contrario, limitan el pago de intereses totales a lo largo de la vida del préstamos. Sí lo hace en cambio el diferencial, que suele situarse entre los más elevados del mercado. Por otra parte, estas hipotecas no se benefician del 15% de desgravación fiscal que sólo opera con la vivienda habitual (y por poco tiempo: 2011). En el ámbito de las garantías, eso sí, salen ganando. Como resulta obvio, quienes solicitan este tipo de hipotecas disponen del mejor aval: la vivienda en propiedad a lo que se suma ser cliente de la entidad a la que solicitan el préstamo.
Entre las propuestas que ofrece el mercado, figura un producto específico, el de Barclays Segunda Vivienda a euribor más 0,9%, hasta 25 años, por un importe del 70% del valor. Más baratas resultan la de Bancaja al 0,55%, la Premium de Sabadell, al 0,5% y la Activa Plus de ActivoBank, al 0,49%. Estas últimas son convencionales pero varían sus condiciones para segunda vivienda: reducen la cantidad a financiar y el plazo.