El "número dos" de Total asume la presidencia en un relevo organizado
París, 12 feb (EFECOM).- El que durante casi ocho años ha sido el "número dos" de la francesa Total, Christophe de Margerie, asumirá a partir del próximo miércoles la presidencia de la cuarta petrolera mundial en un relevo totalmente programado junto a su predecesor, Thierry Desmarest.
De Margerie, de 55 años y nieto del fundador de la famosa marca de champán Taittinger, conoce en detalle Total, donde ha realizado toda su carrera desde que entró en 1974 y presenta en su primer día en la presidencia los resultados de 2006, que nadie duda de que superarán los beneficios récord de 12.273 millones de euros logrados en el 2005.
Llega al puesto como delfín de Desmarest, que ha sido presidente desde 1995, y durante este tiempo ha absorbido primero el grupo belga Petrofina y luego el francés Elf, gracias a lo cual ha hecho de su empresa la mayor de la zona euro en términos de capitalización.
Sobre el nuevo presidente pesa la espada de Damocles de las investigaciones sobre el presunto pago de comisiones para infringir el programa "petróleo por alimentos" que se había impuesto al Irak de Sadam Husein, por el que De Margeria fue personalmente inculpado por malversación y corrupción e incluso detenido durante 64 horas en octubre.
También puede afectar a la imagen de la empresa el juicio iniciado hoy en París por la marea negra causada por el petrolero "Erika" tras naufragar frente a las costas de Bretaña en diciembre de 1999, un barco que había sido fletado por el grupo francés.
Esa misma imagen ha quedado afectada por la mortífera explosión en septiembre de 2001 de su planta química AZF de Toulouse o por las acusaciones de trabajos forzados a obreros que han trabajado en sus instalaciones en Birmania.
Más allá de estos escándalos, el nuevo presidente tendrá que afrontar los retos derivados de la dificultad cada vez mayor para las petroleras de hacerse con yacimientos de hidrocarburos, que los países productores quieren explotar por sí mismos, lo que amenaza sus intereses en países como Venezuela, Rusia o Bolivia.
De Margerie dio el pasado día 5 un signo de alguno de los giros estratégicos que se pueden esperar al subrayar que la empresa debe sondear las posibilidades de la energía nuclear.
Total es accionista del grupo estatal francés Areva -activo en todo el ciclo de la energía nuclear desde las minas de uranio al reciclaje de residuos atómicos- pero sólo a la altura del 1% y los analistas especulan sobre un incremento de esa participación.
Otras opciones barajadas sería que el gigante francés invirtiera directamente en minas de uranio o lanzarse a la explotación de reactores atómico. EFECOM
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