Empresas y finanzas
Europa comienza a entonar un adiós escalonado a la bombilla tradicional
- El proceso, que se prolongará hasta 2016, empieza este martes por las lámparas de 100W
La UE aprieta este martes 1 de septiembre el interruptor que apagará poco a poco pero para siempre la bombilla de toda la vida: aquella comercializada por Thomas Edison allá por el año 1879. El interruptor es la Directiva comunitaria sobre Ecodiseño de 2005, a partir de la cual Europa adoptó en marzo de 2008 un Reglamento sobre la iluminación de los hogares.
El objetivo es reemplazar la bombilla clásica de filamento incandescente por nuevas generaciones de lámparas de bajo consumo. También comienza el ocaso de las bombillas halógenas más glotonas de energía. El proceso que se inicia este martes 1 de septiembre se prolongará hasta septiembre de 2016. En 2014 se evaluará su puesta en marcha por si es necesario introducir alguna modificación.
Iluminar, no calentar
Cosas del Derecho: las normas de la UE no establecen una prohibición propiamente dicha; sencillamente fijan unos estándares mínimos sobre consumo de energía o eficiencia energética que la bombilla de siempre es incapaz de cumplir. Básicamente porque hasta ahora nos habíamos iluminado con lámparas que malgastaban en producir calor el 90% de la energía que consumían, y sólo dedicaban el 10% restante a darnos luz.
El primer efecto que producirá la normativa comunitaria es que los fabricantes, los importadores o los mayoristas de bombillas no podrán comercializar desde este martes lámparas tradicionales incandescentes de 100W o más. Sin embargo, los minoristas sí tienen derecho a agotar las existencias que hayan acumulado hasta ayer lunes a medianoche. Todas las bombillas que sean opacas o no transparentes quedan en esta misma situación, con independencia de su consumo de vatios.
En septiembre de 2010 llegará, según la misma fórmula, el principio del fin de las bombillas de 75W. Y en septiembre de 2011 le tocará el turno a las de 60W. Según los datos facilitados ayer por los expertos de la Dirección General de Energía de la Comisión Europea, las bombillas no transparentes y las de 60 watios son las más comunes.
Evaluación en 2014
El resto de las bombillas de filamento incandescente irá quedando fuera de la legalidad entre septiembre de 2012 y septiembre de 2016. Si bien el Reglamento comunitario prevé que sus efectos sean analizados en 2014 por si es necesario introducir alguna corrección en su aplicación para evitar, por ejemplo, el desabastecimiento del mercado.
Sobrevivirán, al menos de momento, las bombillas de filamento incandescente mejoradas gracias a la tecnología halógena. La normativa también contempla excepciones como las bombillas para los hornos que, al operar en condiciones extremas de calor, no pueden ser sustituidas -por ahora- por lámparas de nueva generación.
Según los datos que arrojan los estudios de impacto realizados o encargados por la Comisión Europea a lo largo del proceso legislativo, la modernización de las bombillas en el Viejo continente producirá un ahorro energético anual en el horizonte del año 2020 equivalente al consumo energético de 11 millones de hogares europeos.
Contra el cambio climático
Otro efecto de la sustitución será una reducción de emisiones de CO2 de 15 millones de toneladas. Y cada hogar ahorrará, de media, entre 25 y 50 euros al año en su factura de electricidad.
El dato menos alentador es que se podrían perder entre 2.000 y 3.000 puestos de trabajo en todo el continente europeo. Pero la Comisión Europea asegura que los 27 países del club comunitario se ahorrarán en total 5.000 millones de euros anuales que al ser reinyectados en otros sectores de la economía paliarán este efecto.