Empresas y finanzas

Otros 200 bancos estadounidenses pueden declararse en quiebra en los próximos meses



    Bear Sterns, Merrill Lynch... la lista de bancos rescatados de las llamas en todo el mundo es muy extensa, pero aún más lo es la de entidades a las que la crisis ha borrado para siempre del mapa. Concretamente, 106 bancos han echado el cierre en Estados Unidos en los últimos dos años, aunque esta lista no está, ni mucho menos, cerrada.

    A mediados de septiembre, el gigante Lehman Brothers se declaraba en bancarrota, hecho que aceleró las quiebras en el sector. Según Dick Bove, de Rochdale Securities, alrededor de 150 o 200 entidades estadounidenses podrían presentar concurso de acreedores en los próximos meses.

    Como resultado, Bove asegura que la FDIC, la agencia encargada de asegurar los depósitos bancarios en el país, va a tener cada vez más dificultades para encontrar compradores entre los bancos norteamericanos que estén interesados en adquirir los activos de las entidades ya desaparecidas. "El principal problema en este momento es encontrar firmas sanas que estén dispuestas a comprar bancos en problemas", explica este experto en declaraciones recogidas por el Telegraph.

    A finales de esta semana se espera que la FDIC relaje sus exigencias y permita a las firmas de capital riesgo, hasta ahora vetadas, adquirir los activos bancarios que la agencia tiene bajo su control. Entre otras cosas, la institución podría reducir el Tier 1 (ratio que mide la habilidad de los prestamistas de soportar las pérdidas) hasta el 10%, desde el 15% actual.

    Tristes finales

    A lo largo de este año, ha habido muchas quiebras sonadas, especialmente en la banca regional norteamericana. La última fue el pasado viernes. El Guaranty Financial Group de Texas protagonizó la segunda mayor quiebra del año (la primera fue la del Colorado New Frontier, en abril).

    Los restos del naufragio de Guaranty han sido vendidos a BBVA, que sólo tendrá que asumir alrededor de 500 millones de dólares en activos fallidos, mientras que las pérdidas, de unos 3.000 millones de dólares, las asumirá la FDIC.

    El aumento de las quiebras bancarias, afirma Dick Bove, obligará a la agencia (cuyos fondos para rescates los consigue a través del beneficio de los bancos), a evaluar cuidadosamente la situación de cada entidad este año y el próximo.