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Ordenadores, peluches y patos de goma para la Campus Party



    'No sé, los tengo en mi habitación', comentó el martes Carlos Buenota, que tiene dos patos de goma sobre su CPU. 'Siempre me traigo algo, y esta vez los patitos'.

    VALENCIA, 28 jul (Reuters) - Llevarse el ordenador a la Campus Party - un encuentro anual de conferencias, talleres y presentaciones tecnológicas - entra dentro de lo normal. Pero, ¿un patito de goma?

    Y es que muchos de los 'campuseros' se han llevado a Valencia no sólo artículos de primera necesidad, ordenadores y metros de cables, sino toda clase de cosas.

    Están los peluches, desde Hello Kitty al perrito de toda la vida, pasando por un par de 'murlocs' (una criatura del universo del juego online World of Warcraft) o un enorme Pokémon.

    Mascotas, según los campuseros, que ayudan a encontrar el sitio en una enorme carpa con mesas para 6.000 personas, y donde se quedan instalados los ordenadores durante la semana que dura la fiesta.

    'Nos la compramos hace tiempo para reconocer de lejos el sitio en el que nos sentamos', comentó Miguel, de 33 años, hablando sobre la lámpara de luces de colores que él y sus amigos llevan todos los años.

    También para señalar su sitio, Iván Rodríguez cogió de la farmacia en la que trabaja en Valencia unas alegres flores hinchables, que 'dan un poco de vida' al sitio.

    Caminar por los pasillos entre las mesas se complica cuando alguien coloca la consola -que una cosa es jugar al Tetris en la Nintendo DS, que cabe en un bolsillo, y otra muy distinta jugar al Rock Band, que lleva guitarra, bajo y batería- o colchonetas en las que echar una siesta sin tener que volver a la tienda.

    Además de encontrar el sitio, hay que aguantar en él. Por eso se ven neveras de playa y ventiladores con los que combatir el calor, aunque el sistema de refrigeración instalado por la organización mantiene la carpa a una temperatura agradable, y por eso muchos se llevan las sillas de casa.

    Otros llegan más lejos, como los amigos que han traído desde Barcelona un sofá de dos plazas, una gran pantalla plana, las sillas del escritorio, sandwichera y neverita.

    'Como en casa', resume Víctor Arévalo, de 25 años, orgulloso propietario del sofá.

    (Información de Cristina Fuentes-Cantillana; Edición de Itziar Reinlein; Reuters Messaging: cristina.fuentes.reuters.com@thomsonreuters.net + 34 915858341; cristina.fuentes@thomsonreuters.com)

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