XXVII edición presentó los mismos vicios de las anteriores en primera jornada
J.Felipe Alonso
Madrid, 31 ene (EFECOM).- La primera jornada de la XXVII edición de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) repitió los mismos vicios de las anteriores ferias, haciendo realidad aquello de que "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".
A primera hora de la mañana, cuando los trabajadores de los stands querían entrar en el recinto ferial para dar los últimos toques a sus expositores, y los primeros profesionales del turismo y del periodismo intentaban acceder, las colas para poder comenzar a trabajar hacían prever una larga espera en la calle.
En efecto, en el exterior de la entrada sur, la más utilizada por aquello de su proximidad a la estación de metro, había en la calle más de diez colas con personas que tuvieron que esperar entre 30 y 45 minutos para poder acceder al recinto.
El problema no era otro que el pasar por los arcos de seguridad, demasiados pocos para la avalancha de personas que se presentan en esta jornada inaugural, y por el personal que lleva ese campo en IFEMA, que hoy atendía con excesiva lentitud su trabajo, aunque seguro que mañana, como siempre, la cosa irá más rápido.
La justificación a las 9,30 horas de la mañana era que a las 12,30 inauguraban la muestra los Reyes, como si la seguridad de nuestros monarcas no estuviese organizada de otra forma.
Este "vicio" se repite una y otra vez y da una muestra de falta de organización, porque si fuese esta la primera vez, todavía, pero desde que Fitur se ha convertido en la segunda feria mundial de turismo, por detrás de Berlín, no se entiende que siga pasando.
No obstante, ni siquiera esta situación puede con la ilusión de las personas que se dedican al sector del turismo, que procedentes de 170 países ocupan los más de 80.000 metros cuadrados que ofrecen los diez pabellones del recinto ferial.
Y es que como dio a entender el Rey en su alocución de inauguración, el turismo es un medio de generar empleo y riqueza a los países, y un "referente mundial de España", sin olvidar que se encuentra actualmente en un "proceso de transformación".
Esta misma transformación es la que ha sido destacada por el secretario general de la Organización Mundial de Turismo, Francesco Frangialli, quien tras congratularse por el incremento de un 4,5 por ciento del número de turistas en el mundo, hasta 842 millones, señaló que el turismo se va transformando cada vez más en función de los hechos que se van produciendo en el mundo.
Pero mientras estas palabras eran pronunciadas en un multitudinario acto de inauguración, los martillos de los carpinteros seguían funcionando en algunos stand, dándoles los últimos retoques, uniéndose al sonido de los aspiradores y a las grapas de las moquetas.
Sin embargo, la frase ya histórica de que "no hay nada que pare al turismo", se sigue haciendo realidad, uniendo en diez pabellones a representantes de los cinco continentes, más de 13.000 empresas que durante cinco días vienen a Madrid a presentar lo que sus países pueden ofrecer para el ocio, las vacaciones y los viajes.
Son representantes de 170 países que pueden hablar diferentes idiomas, pero que por unos días tienen uno solo: "el turismo". EFECOM
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