Fabricantes vehículos también cautivan conductores por el olfato
María José Aguilar
Fráncfort (Alemania), 18 ene (EFECOM).- Los fabricantes de vehículos conocen las sutilezas que pueden mover a un comprador a elegir un automóvil u otro y, por eso, intentan cautivar todos sus sentidos: el olor del interior de un turismo nuevo no es fruto de la casualidad.
Según el productor automovilístico Audi, las percepciones olfativas de los clientes tienen una importancia inconsciente fundamental, a pesar de que parezca a primera vista un factor secundario comparado con otras características de los turismos.
Es por esto que, desde 1985, un "componente irrenunciable" en el desarrollo de los vehículos y en el control de calidad de Audi es el "equipo de la nariz", un grupo formado por seis expertos que se encarga de que los turismos nuevos tengan "un nivel de olor agradable", según la compañía.
"El automóvil sin olor no puede existir y no existirá. Tampoco es lo que se quiere. Igual que uno no quiere sentarse en un vehículo que no haga ruido", asegura el jefe del equipo, Heiko Lüssmann-Geiger.
En opinión de este químico, un automóvil recién fabricado debe tener un olor "típico, pero no molesto".
Desde la fase de concepción de los automóviles hasta su salida de las cadenas de montaje, el equipo examina cada material para evitar aromas molestos dentro de los vehículos. Los componentes que no pasan estas pruebas, se eliminan inmediatamente de las listas de materiales.
Pequeñas partes del salpicadero, juntas de goma, elementos decorativos de madera o la piel de los asientos: cada pieza debe pasar la prueba de la nariz.
Los expertos recogen pequeñas muestras de materiales y las aislan en tarros de cristal -o en una cámara de acero en el caso de elementos más grandes-, que posteriormente calientan a 80 grados, la misma temperatura que puede llegar a alcanzar el interior de un vehículo.
Después, cada experto huele la muestra y da su veredicto: una nota de 1 a 6, donde 1 equivale a "sin olor" y 6 a "insoportable".
"La diferencia entre la nota 3 (fuerte olor propio pero aún no molesto) y 4 (molesto) es decisiva para aceptar o rechazar una pieza", explica Lüssmann-Geiger, que especifica que sólo materiales como metales, cristales o piedras reciben la calificación 1.
El grupo que dirige Lüssmann-Geiger está formado por tres mujeres y tres hombres, que pertenecen al departamento de Control de Calidad de Audi.
No se dedican en exclusiva a las pruebas de olfato, sino que las combinan con otras actividades relacionadas con análisis químicos.
Los expertos deben demostrar sus cualidades olfativas en todo momento, por lo que un resfriado es motivo inmediato de incapacidad laboral y los fumadores tienen vetado completamente el ingreso en el grupo.
Además, mientras se llevan a cabo las pruebas, los expertos no testan más de seis materiales consecutivos sin haber hecho una pausa de algunas horas, para no distorsionar su juicio.
También son estrictas las condiciones en que el grupo llega a las pruebas de trabajo: perfumes, lociones y cremas están terminantemente prohibidos, así como otros olores menos agradables.
"El olor a ajo, por ejemplo, no sólo molesta a los otros miembros del equipo, sino que cambia la actitud de percepción de la propia persona", asevera Lüssmann-Geiger. EFECOM
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