Empresas y finanzas
La hoja de ruta de las cajas debe estar lista antes del 15 de julio
El Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (Frob), la gran esperanza para fortalecer de una vez por todas el sistema financiero español, tendrá aún que esperar algunas semanas.
La ministra de Economía, Elena Salgado, cuya llegada al Ejecutivo frenó en seco los proyectos de Solbes y Banco de España para acometer una reforma de la Ley de Cajas, ya ha advertido que la luz verde al proyecto no llegará antes de final de mes.
Si se respeta esa fecha supondrá que el fondo será aprobado, dos meses y medio después de que el Banco de España remitiera a Economía el segundo borrador del informe que contenía las características del Frob, con la encarecida recomendación de que debía ponerse en marcha de manera urgente, debido a los estragos que la agudeza de la crisis ha ocasionado en algunas entidades financieras.
La inquietud del Banco de España también es compartida por el sector. También hace ya varios meses, el presidente de la Ceca (Confederación Española de Cajas de Ahorros), Juan Ramón Quintás, pidió al Ejecutivo un plan de contingencia para evitar "riesgos catastróficos". Lo que se dice en público, además, es reclamado en privado cada vez con más insistencia por ejecutivos de bancos y cajas, que temen que cuanto más tiempo pase, más difícil, costosa y traumática será la solución.
Pero el Ejecutivo no ha medido los tiempos por razones técnicas, sino políticas, lo que ha supuesto que, a la vez que negocia con diferentes partidos políticos su apoyo al futuro Decreto Ley, ha dejado pasar las Elecciones Europeas y se fija como siguiente escollo el acuerdo sobre el nuevo modelo de financiación autonómica.
Moncloa también tiene una fecha tope para la aprobación y es la del 15 julio. En esa fecha, el ejecutivo comunitario cierra por vacaciones y antes Neelie Kroes, comisaría de Competencia, debería examinar las ayudas españolas para asegurarse que cumplen con los criterios de Bruselas y son homologables con las reglas de los rescates permitidos en Europa.
Descartada una modificación de las Ley de Cajas, que supondría unas menores competencias de las CCAA, la única concesión a un menor control por parte de las autonomías sobre las cajas situadas en su territorio vendrá de la eliminación de la autorización administrativa que éstas deben otorgar al Banco de España antes de intervenir una caja de ahorros.
Agilizar las intervenciones
Y es que con el Decreto Ley que dará forma al Frob también se aprobarán una serie de medidas para simplificar la actuación del Banco de España. Se quiere, y en eso están todos de acuerdo, dotar al supervisor bancario de un mecanismo rápido y libre de trabas burocráticas que le permita intervenir una entidad financiera sin tener que pasar por los trámites actuales. Ahora, y así sucedió en el caso de CCM, el Banco de España necesita que el Gobierno autorice la intervención propuesta y, en caso de llevar aparejada financiación, que ésta sea habilitada a través de un Decreto Ley.
La aprobación de la "herramienta excepcional", como la calificó Elena Salgado, no supondrá, sin embargo, que el Frob actúe sobre el conjunto de entidades financieras, sino que se reservará para los casos más severos. El camino defendido por el Banco de España, y también por el Ejecutivo, es que el nuevo fondo de rescate se reserve para cuando han fallado antes todas las soluciones privadas.
Procedimiento a seguir
El supervisor bancario, como primer paso para enderezar una entidad financiera, utiliza el de exigir la presentación de un plan de reestructuración del negocio bancario. Si éste falla, o el Banco de España considera que es insuficiente para que la entidad sobrevuele la crisis con garantías, pasará a pedir operaciones de fusión.
Nuevamente, si las negociaciones para esa operación de concentración se malogran, o si aún en ese caso no está garantizada la conti- nuidad de la entidad, entrarían en juego los Fondos de Garantía de Depósitos (FGD). Estos fondos se forman con la aportación anual de bancos, cajas y cooperativas de crédito, establecido sobre un pequeño porcentaje de su pasivo.
Una vez acabadas las soluciones privadas, la siguiente vía sería la actuación del Frob. La primera medida sería la de apartar a los gestores de la entidad y la toma de control del Banco de España. Una vez hecho esto se iniciaría la fase de saneamiento del balance de la caja de ahorros, que puede concluir con el reflotamiento de la entidad o bien con su liquidación. Tanto en uno como en otro caso la caja de ahorros desaparecería como tal, bien al ser absorbida o por otra o bien por desaparecer.
En cuanto a los mecanismos concretos que empleará el Frob para sanear a la entidad, podría venir o bien de recapitalizaciones (adquisición de acciones o cuotas participativas), adquisición de nuevas emisiones de deuda o bien avales para la colocación en el mercado de otras emisiones. En el borrador del Decreto Ley que estudia Economía, también se prevé que en el caso de una caja sea recapitalizada, las cuotas participativas suscritas por el Banco de España tendrán derechos políticos, con lo que el control del supervisor se verá reforzado.
Si el Banco de España, una vez analizada la situación de la entidad, considera que no queda otro camino que la liquidación, podría proceder a la venta de cartera industrial y adjudicación de activos a otra entidad.
El coste de los futuros rescates dependerá de sobre cuantas entidades actúe el Frob y de cuál sea el instrumento que utilice para su reflotamiento o liquidación. Lo que se sabe, y así lo ha confirmado Salgado en varias ocasiones, es que la dotación inicial será de 9.000 millones de euros y que tendrá la posibilidad de endeudarse hasta en diez veces esa cantidad, por lo que el tope queda establecido en 99.000 millones de euros.
Pero con o sin Frob, lo que todos, Ejecutivo, Banco de España y sector, vaticinan es que en el futuro próximo habrá una disminución del número de entidades.