Económica/Finanzas.- España, segundo país de la UE donde las transferencias bancarias son más caras
La normativa comunitaria ha encarecido las comisiones de tarjetas y transferencias nacionales
BRUSELAS, 11 (EUROPA PRESS)
España es el segundo país de la Unión Europea donde las transferencias bancarias son más caras, sólo por detrás de Grecia. El coste mínimo de esta operación es de 3,18 euros si se hace dentro del país, y de 4 euros por cada 100 euros transferidos si se trata de un envío internacional, según un informe hecho público hoy por la Comisión Europea.
En el conjunto de la UE, las comisiones por las transferencias internacionales se han reducido a una décima parte de su valor en los últimos 6 años. En 2001, los clientes pagaban de media 24 euros por un envío de 100 euros, mientras que ahora el coste ha caído a 2,5 euros. El Ejecutivo comunitario atribuye esta reducción al reglamento aprobado en 2001 que obliga a los bancos a cobrar al mismo precio todas las transferencias, sean nacionales o internacionales.
En España también ha bajado el coste de las transferencias internacionales, pero en una proporción muy inferior a la media comunitaria, ya que se ha pasado de 24 euros en 2001 a 4 euros en 2005. Esta cifra sólo la supera Grecia, donde un envío internacional de 100 euros cuesta 12 euros. En los puestos altos de la tabla se sitúan también Italia (3,5 euros) y Francia (3,4). En contraste, en Países Bajos este tipo de operación es gratuita, en Bélgica su precio es de sólo 0,15 euros, y en Irlanda de 0,38 euros.
El estudio del Ejecutivo comunitario analiza si los bancos han compensado la reducción del coste de las transferencias internacionales aumentando las comisiones de las nacionales, tal y como advirtieron las entidades financieras que ocurriría cuando se aprobó este reglamento. En general, la conclusión es que no se ha producido tal incremento, ya que las tarifas se han mantenido estables en la mitad de los países de la zona euro (Bélgica, Alemania, Irlanda, Países Bajos, Austria y Finlandia).
Sin embargo, España se encuentra entre las excepciones, ya que la comisión por las transferencias nacionales ha aumentando desde un precio entre 2,52-28,10 euros en 2001 hasta 3,18-29,10 euros en 2005. Esta cifra sólo la supera una vez más Grecia, con 12 euros de recargo mínimo por operación, aunque también ha habido incrementos de coste en Italia y Luxemburgo. La Comisión asegura que estas subidas no se deben exclusivamente a la normativa comunitaria, sino a la tendencia general de los bancos de aumentar las tarifas de las operaciones no automatizadas.
TARJETAS DE CRÉDITO
La normativa comunitaria de 2001 también exige que la comisión por el uso de una tarjeta de crédito sea la misma independientemente de si se está en el Estado miembro de origen o en otro país de la UE. En el caso de España, esto también ha provocado un encarecimiento del coste anual de las tarjetas de crédito y de la retirada de dinero en los cajeros que no son de la red propia del banco titular, pese a que la tendencia general en el conjunto de la UE ha sido a la estabilidad.
Por lo que se refiere al coste anual de las tarjetas, en España ha pasado de estar entre 7,8 y 17,7 euros en 2001 a situarse entre 10,21 y 21,35 euros en 2005. También ha habido incrementos en Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal y Finlandia. La comisión de las compras con tarjeta no ha variado porque en la mayoría de los países es inexistente.
En cuanto a la retirada de dinero de los cajeros, las comisiones no han aumentado en general para las operaciones que se realizan en la red del banco que emite la tarjeta de crédito. Pero sí que sube, por efecto del reglamento europeo según reconoce la propia Comisión, el coste de las retiradas en los cajeros de otra red. En el caso de España, la tarifa ha pasado de 2,98 euros en 2001 a 3,45 euros en 2005.
En todo caso, el comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, insistió en que el reglamento comunitario "ha traído auténticos beneficios a los consumidores". "El precio de las transferencias internacionales se ha reducido de manera dramática en muchos países, pero, contrariamente a lo que se creía, el coste de las transferencias domésticas no ha aumentado", dijo McCreevy sobre los datos globales.
El reglamento 2560, adoptado en diciembre de 2001, exige a los bancos que cobren la misma tarifa por los pagos con tarjeta y las transferencias bancarias, independientemente de que sean nacionales o a otro país de la UE. El reglamento se aplica a las tarjetas de crédito desde el 1 de julio de 2002 y a las transferencias desde el 1 de julio de 2003. Los clientes sólo tienen que proporcionar los códigos IBAN y BIC. El límite máximo es de 50.000 euros.