Empresas y finanzas
Juan Soler, el 'ariete' del Valencia CF
En apenas dos años, Juan Bautista Soler ha pasado del anonimato al estrellato. Un intenso y meteórico ascenso que arrancó con un regate maestro a Francisco Roig, hermano del presidente de Mercadona, y culminó hace tres meses, con la recalificación de los terrenos donde se ubica el Mestalla.
A base de talonario, y siempre de la mano de su padre, Bautista Soler (accionista de Metrovacesa) consiguió comprar 70.000 acciones del club ché y tomar el poder. Su siguiente jugada es intentar emular el gol que marcó Florentino Pérez en el Real Madrid y sanear la deuda del club, recalificando los terrenos deportivos, con la venia del Ayuntamiento.
Escándalo en 'Mestalla'
Juan Bautista Soler es uno de los constructores más importantes de Valencia y su apellido pertenece a la nobleza del Turia. Aunque ha sabido levantar un pequeño imperio por sí mismo, su nombre siempre ha estado ligado al de su padre, Bautista, a quien debe la presidencia del Valencia. Precisamente su padre fue quien declaró la guerra a Francisco Roig, hace tres años, y empezó a comprar acciones del Valencia CF. Entre los dos, arrinconaron al ex presidente del club, que terminó vendiéndoles su paquete de 31.000 acciones por el módico precio de 31 millones de euros.
Socio del Valencia CF desde los 16 años, Juan Soler accedió a la presidencia en octubre de 2004, con la promesa de sanear la abultada deuda del club, superior a cien millones de euros.
El camino para conseguirlo pasa por construir un nuevo campo de fútbol, recalificar los terrenos actuales del Mestalla y construir en ellos nueve torres de 16 plantas repletas de viviendas. Unos inmuebles que, si todo sale bien, se ubicarán en una de las esquinas más elitistas de la capital levantina: entre las avenidas de Blasco Ibáñez y Aragón.
Un ambicioso proyecto donde ya ha puesto las primeras piedras. El pasado junio adjudicó a Arena, el mismo despacho de arquitectura del campo del Chelsea, el diseño del nuevo Mestalla, que estará listo en 2009. También ha conseguido el visto bueno del Ayuntamiento de Valencia para recalificar los terrenos del campo, de deportivos a suelo residencial.
Con esta jugada prevé ingresar 300 millones de euros, que limpiarán la deuda del club y dejarán un saldo positivo cercano a 180 millones de euros. Pero el proceso ha estado plagado de escándalos. Cuando todavía no se había adjudicado el diseño del nuevo Mestalla, saltó el rumor de que dos candidatos habían intentado ganarse el voto de los consejeros del Valencia con sobornos. La noticia corrió como la pólvora entre los medios locales, aunque Soler intentó zanjar la cuestión negándola.
La oposición valenciana también ha jugado en su contra, acusando al Gobierno de Rita Barberá de beneficiar al club ché con un nuevo pelotazo urbanístico.
Como consuelo, Soler puede tomar nota de esta experiencia de cara a la segunda fase de su plan de recalificación: la Ciudad Deportiva del Valencia CF. Pero se trata de otra historia, donde todavía queda todo por hablar y también todo por negociar.