Cecilio Madero, el 'eurofuncionario' que puso a Microsoft contra las cuerdas
Una vez más, los políticos que ayer competían por colgarse la medalla, en este caso por haber derrotado al gigante planetario Microsoft ante el Tribunal de Justicia de la UE, han tenido un papel escaso o nulo en la batalla. El portugués José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, y la holandesa Neelie Kroes, comisaria europea de Competencia, llegaron a Bruselas cuando todo estaba cocinado.
El peso político de plantar cara a Bill Gates correspondió a sus antecesores, los italianos Romano Prodi y Mario Monti, respectivamente.
Y el que se tuvo que remangar, bajar a la trinchera y dar un repaso a la flor y nata de los despachos internacionales especializados en Derecho de la Competencia a los que recurrió Microsoft fue el español Cecilio Madero; una estrella ascendente -y más desde ayer- entre la élite de la eurocracia de Bruselas.
Poner en la picota a Microsoft
Pese a que Gates disparaba con pólvora del rey, Madero le ha puesto en la picota tras demostrar que la multinacional estadounidense abusa de su posición dominante.
Las sentencias no las regalan ni los jueces comunitarios ni ningún tribunal serio: se ganan o se pierden. Pero esta sí que se podría decir que le ha llegado a Madero como un regalo al ser dictada en vísperas de su 51 cumpleaños. Casado y padre de cuatro hijas y un hijo, se licenció en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y durante cinco años trabajó en el Banco de Bilbao. En 1987, apenas tras un año del ingreso de España en el club comunitario, llegó a Bruselas con las primeras remesas de eurofuncionarios españoles, tras aprobar la oposición a las instituciones de lo que ahora es la UE.
Desde entonces ha trabajado siempre en la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea. En los círculos profesionales, subraya que trabaja en la Dirección General más poderosa e independiente de Bruselas. Entre los expatriados, ejerce de manchego, donde se crió tras nacer en Madrid. Entre los futboleros, de madridista hasta la médula.
Han pasado por sus manos dosieres como la adaptación del monopolio de Campsa, o el mercado interior de la energía. Y como jefe de Unidad se encargó de ayudas de Estado tan conflictivas y de perfil político tan elevado como la fiscalidad vasca. Durante siete años llevó el caso Microsoft como jefe de Unidad. Hasta que cuando hace un año estaba visto para sentencia, fue ascendido a director y se dedicó a temas financieros, transportes y servicios.
En agosto, la comisaria Kroes le pidió que volviera a los orígenes y se pusiera al frente de la Dirección encargada de velar por el libre mercado y la competencia leal en en el mundo virtual de la sociedad de la información. Justo desde donde antes de su último ascenso le quitó el sueño a Bill Gates. Ahora inquietará, por ejemplo, a Telefónica y a César Alierta.