Acuerdo del G-8 y países pobres contra pérdida de biodiversidad
Prácticamente todos los países del mundo acordaron en 2002 una "reducción significativa" en la pérdida de biodiversidad para 2010, pero los científicos dicen que el ritmo de las extinciones está aumentando.
Los miembros del grupo de los ocho países más industrializados del mundo, el G-8, y las principales naciones en vías de desarrollo, reunidas en Sicilia, firmaron un documento para ampliar el acuerdo sobre pérdida de biodiversidad.
Los delegados dijeron que la Carta de Siracusa establecía el vínculo entre cambio climático y extinción de especies y enfatizaba el valor económico de la biodiversidad, particularmente en los países en vías de desarrollo.
Según algunos cálculos, el índice de extinción está yendo a mil veces su ritmo natural debido a la influencia humana. Tres especies desaparecen cada hora, según cifras de la ONU.
Los delegados también mantuvieron conversaciones sobre el cambio climático dentro de un proceso moderado por la ONU para intentar llegar a un nuevo acuerdo sobre el recorte de las emisiones de dióxido de carbono para reemplazar el pacto de Kioto de 1997.
El protocolo de Kioto, que limita las emisiones de gases de efecto invernadero, expira en 2012 y los líderes de todo el mundo se reunirán en Copenhague en diciembre para forjar un tratado que lo reemplace.
Los ecologistas esperan que el nuevo compromiso de Estados Unidos con el presidente Barck Obama termine en un acuerdo.
Sin embargo, los delegados hablaron sobre diferencias en la financiación del cambio tecnológico y el nivel de recortes de emisiones exigidos. Las naciones pobres quieren que los más industrializados financien miles de millones de dólares en tecnología.
"Creo que Siracusa ha mostrado que se ha llegado al realismo: la constatación de que el tiempo se acaba", dijo Achim Steiner, responsable del Programa Medioambiental de las Naciones Unidas. "Dejo Siracusa muy preocupado por que no haya un camino claro para resolver las diferencias que aún hay".
Un millar de manifestantes ecologistas y antiglobalización marcharon bajo la pancarta "No al G-8", pero las estrictas medidas de seguridad les impidieron pasar cerca del castillo donde se reunían los ministros.
El G-8 convocó por primera vez a nueve economías en desarrollo - entre ellas Brasil, India y China, que según algunos cálculos es el mayor productor de dióxido de carbono del mundo - en un esfuerzo por forjar el consenso mundial.
Obama ha prometido recortar las emisiones de gases de invernadero en su país hasta los niveles de 1990 para 2020, lo que supone un cambio frente a la negativa de su predecesor, George W. Bush, de sumarse a Kioto, pero los responsables de la ONU han pedido más.
"El Gobierno estadounidense reconoce ahora plenamente la urgencia y complejidad de los desafíos del cambio climático", dijo Lisa Jackson, administradora de la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA), que no quiso discutir los detalles de la negociación.
Las Naciones Unidas han establecido el objetivo de recortar las emisiones a la mitad para 2050, pero aún no hay un año base para la comparación.