Empresas y finanzas

Aeroflot se asoma al abismo y amenaza con un efecto dominó

  • Los lesores son de las compañías con mayores daños colaterales

Lucía Gómez

La invasión de Rusia a Ucrania añade un punto más de incertidumbre al sector aéreo. Las aerolíneas del mundo occidental tienen prohibido sobrevolar el país de Vladimir Putin y se han visto obligadas a cancelar vuelos y modificar rutas para no pasar por este espacio aéreo. Pero la peor parte no se la llevan las compañías occidentales, se la está llevando las aerolíneas rusas que, además de tener numerosas limitaciones a la utilización del espacio aéreo, están sufriendo las sanciones de compañías de todo el mundo que le proveen de servicios claves para su operativa diaria. Esto ha colocado a las aerolíneas rusas, con la pública Aeroflot a la cabeza, al borde del abismo. Pero no solo a ellos.

Una de las sanciones más relevantes que la Unión Europea ha impuesto a Rusia es que sus compañías de alquiler de aviones -normalmente las aerolíneas no operan con aparatos propios, los alquilan a lesores- deben recuperar los aviones que han sido arrendados a compañías rusas antes del próximo 28 de marzo. Según cálculos del sector, esta medida supondría la devolución casi inmediata de 520 aviones a las empresas de leasing que, en una especie de efecto dominó, dejarán de percibir los pagos de las compañías arrendadoras que, además, han perdido su conexión con el sistema SWIFT, lo que dificulta aún más las transacciones de pago ahora pendientes.

En este sentido, los arrendadores calculan que esta prohibición podría causarles pérdidas de "miles de millones de dólares" y arrastrarles a una situación nada fácil. La segunda ficha del dominó.

Sin aviones la operativa de las compañías rusas queda gravemente comprometida. Los lesores no europeos pueden seguir manteniendo sus contratos, pero los principales fabricantes, Boeing y Airbus, han anunciado que dejarán de proveer al país de Putin de piezas de repuesto. Rusia todavía tiene un as bajo la manga y ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de quedarse con las aeronaves en vez de utilizar sistemas de leasing para seguir adelante. Peter Walter, de IBA, dijo a Reuters hace unos días que "debido a que las piezas son limitadas, esperamos ver aviones que están en tierra en Rusia siendo utlilizados para mantener el resto de la flota operativa". Webs rusas, como FrequentFlyers.ru, aseguran que no solo no devolverán los aviones a los lesores si no que esa transferencia de los activos se podría producir a través de una compra forzosa de los mismos a favor del Estado, una suerte de "nacionalización" debido al bloqueo de los recursos de oro y divisas de Rusia en el exterior. Para justificar esta decisión, señalan que el cierre del espacio aéreo les impediría hacer las devoluciones de las aeronaves y que, incluso en el caso de devolverlas, nadie querría quedarse con ellas en este momento en el que el tráfico todavía no se ha recuperado del Covid.

Las aseguradoras y el entrenamiento

Pero aún superando estas trabas, Aeroflot y sus compañías hermanas todavía tendrían que hacer frente a más problemas y el efecto dominó seguiría golpeando a otros segmentos del sector aeronáutico. Las aerolíneas tienen la obligación de contratar ciertos seguros para poder realizar la operativa habitual fuera de las fronteras rusas. En cambio, las compañías europeas y las de cualquier país indexado en SWIFT, tampoco pueden o tienen facilidades para establecer negocio con compañías de origen en el país de Vladimir Putin.

Una pieza más son las dificultades que pueden surgir con el entrenamiento con simuladores para pilotos que dependen de Airbus y Boeing. Lo mismo pasa con la navegación: Navblue, uno de los principales proveedores ha rescindido contratos.

Aerflot tampoco lo tiene fácil en el lado comercial. La compañía se ha quedado en las últimas horas sin soporte tecnológico de ventas después de que Amadeus y Sabre decidiesen cancelar sus contratos con la compañía pública rusa.