Empresas y finanzas

SNCF rompe el acuerdo que tenía con Renfe para operar líneas transfronterizas

  • La francesa seguirá operando la línea París-Barcelona
  • La matriz de Ouigo alude una falta de rentabilidad
  • Renfe pedirá autorización a Francia para seguir con el servicio

Lucía Gómez

SNCF y Renfe no seguirán siendo socios en las líneas transfronterizas a partir del próximo mes de diciembre. La compañía francesa, que desde hace unos meses opera en España con la marca Ouigo, ha decidido no renovar el acuerdo que mantenía con la operadora pública española para las conexiones transfronterizas de forma unilateral, según confirman a elEconomista desde ambas compañías.

Este acuerdo, que se alcanzó en el año 2008 y con el que se comenzó a operar en 2013, se ha renovado en dos ocasiones. En cambio, esta vez han sido los franceses los que, coincidiendo con la apertura del mercado en ambos países, han decidido romper con la empresa que capitanea Isaías Táboas. La decisión estaría motivada por las bajas rentabilidades de la operativa.

"Esta oferta ha sido deficitaria desde su lanzamiento a finales de 2013 debido a un entorno competitivo muy intenso", señalan desde SNCF, que añaden a esta problemática "la insuficiencia de clientes potenciales que viajen entre Francia y España para justificar y rentabilizar tantos enlaces ferroviarios". En este sentido, admiten que la mayor parte de las pérdidas provienen de las conexiones Lyon-Barcelona, Marsella-Madrid y Toulouse-Barcelona y señalan que solo los trenes París-Barcelona presentan un balance económico soportable. En este sentido, SNCF estaría dispuesto a retomar en solitario la conexión entre París y Barcelona aprovechando la apertura del mercado nacional y su reciente implantación en nuestro país.

Tras conocer esta decisión, Renfe también se ha puesto manos a la obra para mantener en solitario las conexiones ferroviarias transfronterizas con Francia y, según confirman a elEconomista fuentes de la operadora pública, ya ha trasmitido la voluntad de continuar con los servicios a las autoridades francesas, a las que pedirán las autorizaciones pertinentes. 

El acuerdo al que se llegó hace más de una década establecía que cada operador mantenía sus ingresos nacionales y compartía los internacionales, así como los cánones y los costes operativos. Desde el año 2013, este acuerdo ha permitido transportar a más de 5,5 millones de pasajeros, si bien en los últimos dos años, con motivo de la pandemia, estas cifras se habían desplomado. "El tráfico en el servicio Francia-España se ha desplomado un 72% en 2020 respecto a 2019. En 2021 este descenso todavía era del 59% y no se espera que se vuelva al nivel de actividad anterior al COVID antes de 2023 o 2024", señalan desde SNCF. 

Renfe señala a este medio que, pese a la caída del tráfico de viajeros como consecuencia del Covid, la compañía tenía expectativas de alcanzar el equilibrio financiero en los próximos ejercicios.

SNCF opera los TGV de Alstom en la línea entre París y Barcelona y Renfe hacía lo propio con sus AVE en las conexiones entre Marsella y Madrid y Lyon y Barcelona. Ambas compañías sumaban un total de hasta 14 trenes diarios, en función de la temporada.

Un capítulo más en la batalla con Francia

El fin de esta alianza crea un capítulo más en la batalla ferroviaria entre Francia y España. La compañía española lleva años luchando para poder entrar en el mercado galo de la mano de la liberalización ferroviaria, si bien han denunciado en varias ocasiones las trabas con las que se están encontrando, dificultando el inicio de las operaciones.

"Las dos empresas tienen ahora visiones estratégicas y ambiciones de crecimiento incompatibles en Europa, lo que significa que deben recuperar su libertad", señalan desde SNCF.