Así acabó Caja Castilla-La Mancha: "Acaba de citarme el Gobernador"
"Acaba de citarme el Gobernador, me voy a Madrid". Las palabras que el presidente de Caja Castilla-La Mancha (CCM), Juan Pedro Hernández Moltó, dirigía a uno de sus más directos colaboradores el pasado domingo suponían el epílogo a una historia que se empezaba a escribir a mediados de 2008 y cuyo desenlace se produjo en apenas cinco días.
Aunque fue en 2003 cuando el Banco de España comenzó advertir de los riesgos en los que se estaba incurriendo en el sector financiero por su alta exposición al sector inmobiliario, la entidad que ahora gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez no escuchó las alarmas que comenzaban a sonar en verano del año pasado.
Conocedores de la situación financiera por la que comenzaba a atravesar la entidad, desde el Banco de España invitaron en esas fechas a sus gestores a buscar una solución para garantizar su viabilidad y creyeron hallarla en Ibercaja... pero dijo no. ¿Por qué?
A pesar del acuerdo político, las cuentas no salían. Y es ahí cuando arranca la primera inspección del Banco de España, que concluye a finales de verano. La conclusión es clara: la caja no está bien.
Soluciones
Fracasada la opción de Ibercaja y dada la endeble situación de la caja castellano manchega, hay que buscar otra solución de forma inminente. La mirada se dirige ahora a Andalucía, pero esta opción no empieza a tomar cuerpo hasta el mes de febrero de este mismo año, cuando Unicaja acepta ya de forma oficial dejar en manos de Braulio Medel -el presidente de la entidad malagueña- "desarrollar los trabajos y conversaciones pertinentes para un posible proyecto de integración".
Solo unos días antes, el Banco de España había dado el espaldarazo definitivo a la operación pidiendo, incluso, la implicación del presidente regional, y además del PSOE, Manuel Chaves.
A partir ahí, los acontecimientos se precipitan. Desde aquel 19 de febrero -fecha en la que Unicaja se atiene a negociar una posible integración- hasta el 28 de marzo -día de la intervención- las negociaciones se intensifican en la misma medida en la que surgen hondas discrepancias en el seno del Banco de España.
Tras agrias controversias, la tesis de Miguel Ángel Fernández Ordóñez se impone a la del entonces subgobernador del Banco de España, José Viñals y se centran los esfuerzos por hallar una solución por la vía privada pero... ¿a qué precio?
"A Unicaja le dijeron que se tenía que tragar ese sapo pero también puso sus condiciones" explican fuentes conocedoras de una negociación que llevó al Banco de España a poner sobre la mesa 800 millones de euros del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y 2.200 millones de euros de dinero público. Total: 3.000 millones de euros.
La cantidad no es casual. El desfase patrimonial que barajaban los borradores del informe de PriceWaterhouseCoopers (PwC) apuntaba a esa cifra... pero ni siquiera con esa cantidad la entidad se decidió a salir al rescate.
"Unicaja siempre lo ha tenido claro desde el principio, no iba a meterse en una operación que le terminase arrastrando al abismo" aseguran las mismas fuentes que sostienen que "de hecho, abandonó el inicio de un proceso de integración con Cajasol porque la obligaron a rescatar CCM".
La cuenta atrás
El miércoles 25 de marzo comenzó la cuenta atrás. A primera hora de la tarde, los presidentes de CCM y Unicaja tenían cita en el despacho que el gobernador del Banco de España tiene en la madrileña Plaza de la Cibeles. Primero pasó Hernández Moltó, al que se le sometió a un intenso interrogatorio sobre la gestión de la entidad. El presidente de CCM se presentó en la institución con unas cuentas que Ernst&Young se había negado a firmar ¿por qué?; ¿acaso los 30 millones de beneficios que reflejaba el balance no eran reales?
Después fue el turno de Braulio Medel al que, después de que se le hubiesen ofrecido 500 millones de euros del FGD y otra cantidad similar con la que se pretendía avalar la morosidad de la entidad castellano manchega por un periodo de cinco años, se elevó la oferta hasta los 3.000 millones (800 millones del FGD y 2.200 millones de dinero público).
Según explican fuentes conocedoras de la negociación, "Hernández Moltó aseguró al Banco de España que entre el 90 y el 95 por ciento de la morosidad de la caja es recuperable". Sin embargo, los informes preliminares que manejaba el Consejo de Administración de Unicaja no apuntaban en ese sentido y Braulio Medel rechazó aquella proposición.
Agotada la solución privada que defendía el propio Fernández Ordóñez, no quedaba más camino que la "opción Viñals": intervenir. El jueves 26 de marzo se toma la decisión. La dirección de la institución opta por la intervención que al día siguiente comunicaran al presidente de Unicaja.
Viernes, 27 de marzo. El Consejo de Administración de Unicaja, que ese mismo día está reunido en convocatoria ordinaria, se entera por el propio Braulio Medel de que el Gobernador del Banco de España le ha citado en Madrad.Medel viaja en avión hasta la capital y, una vez en el despacho de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, le comunican que van a intervenir CCM. "Ahí Medel debió de empezar a respirar" ironizan las fuentes consultadas por este periódico.
Arranca la maquinaria
El sábado 28 de marzo la maquinaria se pone en marcha. A primera hora de la tarde, se reúne la Comisión Ejecutiva en la que se da luz verde a la intervención. Acto seguido, se informa al Ministerio de Economía y Hacienda, que también arranca su mecanismo y que se sanciona el domingo 29 de marzo con la celebración de un Consejo de Ministros a las seis de la tarde.
A pesar de ser festivo, ese domingo, Juan Pedro Hernández Moltó aparece por la sede de CCM en Toledo sobre las dos de la tarde. "¿Dónde vas tan trajeado, presidente?" -le espetó uno de sus más estrechos colaboradores-. "Me acaba de llamar el gobernador,me voy a Madrid" -respondió.
"A partir de ahí ya todos sospechábamos lo que iba a ocurrir y yo creo que para Moltó también era verde y con asas..." explica este colaborador. A las cuatro de la tarde, Hernández Moltó ya tenía la confirmación: la caja había sido intervenida y él, junto con todo el consejo de administración, apartados de la gestión de la entidad.
El ya ex presidente de la entidad se dirigió a la sede que la entidad castellano manchega tiene en la capital de España e informó, telefónicamente, a todos los miembros del consejo de la destitución.
Era el capítulo final de una historia de presuntos desmanes en la gestión de un ex diputado socialista que había llegado a desafiar a un gobernador del Banco de España (el fallecido Mariano Rubio) con un agresivo "míreme a los ojos". Cegado por los riesgos que asumió la caja que había llegado a presidir se encontró con otro gobernador que le habría llegado a pedir algo más simple como... ¡quítese de mi vista!