Comienzan los descuentos y las eléctricas se pelearán por el suministro a los hogares
La aprobación, ayer, en Consejo de Ministros, de las tarifas de último recurso (TUR) de electricidad ha abierto la veda para que las compañías luchen por la captación de clientes en un nuevo escenario. Esas tarifas de último recurso no son más que los precios máximos que podrán cobrar las compañías y que el Gobierno fijará desde el 1 de julio, quedando reservadas en general para los particulares; es decir, para quienes tengan contratada una potencia inferior o igual a 10 kilovatios (kw), frente al límite de 15 propuesto inicialmente.
Este límite inferior al inicialmente previsto, de 10 kilovatios, supone dejar fuera de las TUR a unos 760.000 clientes de baja tensión, en su mayoría pymes, y que representan el 5 por ciento de la demanda total de energía eléctrica en España.
Más competencia
Con esta nueva regulación, la mayoría de los consumidores domésticos y algunas pequeñas empresas podrán optar entre acogerse a esta tarifa, con un precio fijo, o negociar su suministro de energía eléctrica en el mercado libre, lo que incentiva la competencia. No en vano, la puesta en marcha de estas tarifas de último recurso conlleva la desaparición de la actual tarifa integral y permitirá avanzar en la liberalización del sector vía competencia entre las compañías a través de los precios. Las TUR se revisarán trimestralmente y será el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio el que fijará los precios mediante un método "transparente".
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