Empresas y finanzas
Cerveza y religión en Dinamarca o cómo zanjar una gran polémica mediante una original respuesta empresarial
- Dinamarca se topó con la ira del islam por unas caricaturas de Mahoma en 2005
- Christian Skovdal Andersen fundó Beer here hace 11 años en una isla danesa
- El cervecero ha planteado una propuesta audaz para solucionar el conflicto
Patricia C. Serrano
La sátira forma parte del ADN cultural de Dinamarca, de la misma manera que lo hacen sus pseudo-sándwiches smørrebrød o el encantador Tivoli de Copenhague. Sin embargo, el siglo XXI ha impuesto renovados desafíos y problemas a este rasgo humano vinculado al humor y la inteligencia. Después de la controversia internacional por la publicación de caricaturas de Mahoma en el periódico Jyllands Posten en 2005, un pequeño empresario de la isla de Bornholm ha tenido que confrontar el enfado de la comunidad hindú por las etiquetas de su cerveza artesanal.
Christian Skovdal Andersen fundó hace 11 años Beer here, una pequeña fábrica de cerveza artesanal que levantó en la isla de Bornholm, en el mar Báltico. Con sede en el municipio de Tejn, de casi un millar de habitantes, Andersen se aferró a la característica dureza del agua de la zona para elaborar cervezas negras y tostadas de gran calidad. No es esto lo único que diferencia a sus botellines: él mismo diseña y dibuja a mano unas coloridas y divertidas etiquetas que se han convertido en su buque insignia. "Quería darle un toque más personal a mis cervezas", explica en su sitio web. "Es un trabajo duro, pero compensa cuando Beer here acaba con seis etiquetas en la lista de las 20 más ofensivas", argumenta en una cristalina declaración de principios.
Las etiquetas muestran a Jesucristo bebiendo botellines, un sacerdote que mantiene sexo oral con un niño, Mahoma con una gorra danesa o Tintín disfrazado de Hitler
Andersen ha comercializado cervezas con dibujos de Jesucristo bebiendo botellines, un sacerdote que mantiene sexo oral con un niño, Mahoma con una gorra danesa o Tintín disfrazado de Hitler y haciendo el saludo nazi. Su abierto mensaje burlón hacia las religiones no busca permanecer ajeno a la polémica. "Todas las religiones son igual de ridículas", ha declarado en medios daneses. Sin embargo, la reacción por parte de la comunidad hindú hacia dos de sus bebidas una década después de estar en el mercado ha pillado por sorpresa al cervecero.
Coffee Karma y Kama Citra, cervezas 'ofensivas'
Desde finales del mes de octubre, el empresario ha recibido decenas de correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas telefónicas expresando el rechazo al etiquetado de Coffee Karma y Kama Citra, dos de sus cervezas. Ambas lucen pegatinas con coloridas deidades del hinduismo que sostienen botellas y jarras de cerveza e incluso flores de lúpulo, lo que ha generado molestias al ser consideradas ofensivas por algunos practicantes de esta religión.
Andersen hizo público el problema desde la página de Facebook de Beer here, donde subrayó que el origen de estos mensajes de rechazo se encontraba en India, y no en Dinamarca. "Produzco estas cervezas desde hace una década, por lo que me sorprende que sea ahora cuando surge el problema", explica.
Pese al historial reciente danés de choques con religiones como el islam y el crecimiento de la intolerancia hacia la libertad de expresión, el cervecero apostó por resolver el conflicto con una propuesta directa y audaz que no le supusiera una pérdida financiera: ofreció a las personas contrariadas costear el rediseño y reimpresión de etiquetas bajo el compromiso de que ellos destinaran una cantidad idéntica a una ONG que apoya a los intocables indios, víctimas del sistema de castas. Además, para reetiquetar los 3.000 botellines que le quedaban en stock de Kama Citra -esta bebida ya no está en producción-, Andersen pidió la colaboración de cuatro personas para realizar el trabajo en su fábrica durante tres o cuatro horas.
Andersen acusa a sus críticos de haber recurrido a "amenazas y acciones de acoso a su negocio con comentarios falsos" y esgrime que eso "forma parte del carácter de los locos religiosos"
Veinticuatro horas después de no recibir respuesta a su ofrecimiento, el pequeño empresario danés escribió un nuevo mensaje dirigido a los ofendidos recriminándoles la falta de autenticidad de aquella "preocupación por sus amigos invisibles". Andersen les acusa en este escrito de haber recurrido a "amenazas y acciones de acoso a su negocio con comentarios falsos" y esgrime que esta actitud "forma parte del carácter de los locos religiosos".
En un alarde que un español definiría con el famoso dicho de las dos tazas de caldo, el cervecero acaba lanzando un órdago a los ofendidos por las pegatinas, animándoles a que le envíen piezas artísticas insultantes hacia la "Iglesia de los Espaguetis Voladores", una religión de su propia invención. "¡No puedo esperar!", concluye con ironía su mensaje publicado en Facebook.
"Esto ya ha pasado antes. Seguiré haciéndolo", ha declarado el fabricante de cerveza al canal nacional TV2. Por el momento, no parece que el asunto vaya a seguir la estela de las 12 caricaturas de Mahoma publicadas en uno de los diarios nacionales de mayor tirada del país. En enero de 2006, la representación del profeta, prohibida en la rama suní del islam, desató la ira en la comunidad musulmana a nivel internacional, y Dinamarca, un pequeño país de casi seis millones de habitantes, ocupó sin quererlo el ojo del huracán. Las protestas contra el país escandinavo se replicaron en Egipto, Gaza, Arabia Saudí, Yemen e Irak, entre otros puntos, y varias embajadas danesas sufrieron ataques violentos. Medio millar de personas murieron en relación a estos disturbios y los productos daneses y noruegos -un semanario de Noruega también publicó las viñetas en un gesto de apoyo a la libertad de expresión- se convirtieron en objetivo de boicots.