Agro

"En los últimos años, el avance tecnológico del ovino ha sido mucho más rápido que en otros sectores"

  • Entrevista a Jesse Brandika, presidente de la Sociedad Española de Ovinotecnia y Caprinotecnia (SEOC)
  • "En muchas Comunidades la presión de especies predadoras está dificultando la continuidad del ovino"
  • "Para que los jóvenes se queden lo principal es que haya rentabilidad económica"

Rafael Daniel
Valladolid,

Jesse Barandika es desde septiembre presidente de la Sociedad Española de Ovinotecnia y Caprinotecnia (SEOC), una institución cuyo objetivo es promover la investigación y difundir el conocimiento sobre los pequeños rumiantes.

Tras unos años como veterinario clínico en Castilla y León, se incorporó en 1999 a NEIKER, uno de los más activos y prestigiosos centros tecnológicos del sector agroalimentario, donde se ha centrado en la vigilancia, diagnóstico y control de las enfermedades que afectan a este tipo de ganadería.

Barandika defiende el salto tecnológico que ha dado el sector "mucho mayor que otros" y advierte que la expansión de especies como el lobo amenaza la continuidad de esta actividad ganadera en muchas comunidades.

¿Por qué decide concurrir a la Presidencia de SEOC?

Realmente he pertenecido como vocal a la Junta Directiva de SEOC durante ocho años, correspondientes a dos legislaturas que fueron presididas por María Jesús Alcalde. Durante estos años desde SEOC se han llevado a cabo diversas actividades, y también se han ido planteando nuevos retos y proyectos futuros, siendo uno de los más importantes e ilusionantes, la organización en el año 2021 en Sevilla del Congreso Internacional de Veterinarios de Ovino. Este hecho nos hizo dar el paso para presentar nuestra candidatura en el proceso electoral que tuvo lugar en septiembre durante el congreso de SEOC.

¿Están el ovino y el caprino reconocidos suficientemente desde el punto de vista económico, social y medioambiental?

No, me parece que bajo ninguno de esos puntos de vista está suficientemente reconocido. Por ejemplo, en el apartado económico, los precios de los productos que comercializan los ganaderos apenas han variado durante años, mientras que el coste de todo lo que necesita para producir -alimentos, energía, instalaciones, etc.- se ha incrementado mucho. En el social y medioambiental, que podrían considerarse en su conjunto, tampoco se valora como se debiera. Con el problema que existe hoy en día de despoblamiento del mundo rural, este tipo de ganadería permite fijar población en estos lugares; también han contribuido históricamente a mantener los paisajes que podemos disfrutar en nuestros montes y campos, y, sin embargo, la introducción y/o avance de ciertas especies animales predadoras de los pequeños rumiantes domésticos, están dificultando en muchas regiones su continuidad.

¿Se está dando prioridad a la expansión del lobo frente a la ganadería? ¿Como se pueden reconciliar ambas cosas?

Me gustaría pensar que no es así, que lo que se pretende es la coexistencia de ambos, lo cual me parece que va a ser bastante complicado. La reconciliación la veo muy difícil, lo que se puede hacer es paliar la situación, y para ello una medida sería la indemnización de los daños que causan a la ganadería. Cuando se habla de daños, se deben incluir los inmediatos -muerte, desaparición, etc.-, como los que surgen posteriormente -pérdida de producción, abortos, etc.-. También habría que reparar otros daños y gastos que sufre personalmente el ganadero -estrés, tiempo, veterinario…-. Aun con esto, son muchos los ganaderos que lo que priorizan es el bienestar de sus animales, que no quieren verlos sufrir, por lo que optan por no acudir con su ganado a zonas en las que el lobo está presente.

El consumo de carne de cordero bajó en 2018. ¿Cómo se puede romper una tendencia que viene de largo?

Los hábitos de la población han cambiado mucho en pocos años, afectando también a la cultura gastronómica. Cada vez se pasa menos tiempo cocinando, y la carne de cordero mayoritariamente se consume asada por lo que está repercutiendo en la cantidad consumida. Hay que dar a conocer al consumidor que esta carne se puede consumir, y que además está igual de rica, cuando se cocina de otras formas más sencillas, como por ejemplo en barbacoa. También está el formato de producto precocinado, que reduce el tiempo necesario para su preparación en los hogares. Es necesario hacer campañas publicitarias que informen al consumidor de las distintas opciones que hay para consumir estos productos. También está el sistema educativo, en los comedores escolares no se incluye este tipo de carne en los menús que reciben los niños, incluso en las regiones con una mayor tradición de producción de esta carne. Si se enseña a los niños a comer cordero en las escuelas, es muy probable que luego lo demanden en sus hogares.

Hay una ofensiva contra el consumo de carne. ¿Es la carne de cordero un producto saludable?

La carne, entre ellas la del cordero, aporta unos nutrientes esenciales -proteínas, vitaminas y minerales- para nuestro organismo. También es cierto que es una fuente de grasas saturadas por lo que no se debe abusar en su consumo, situación muy lejana de la realidad, aunque también aporta grasas buenas, que tienen un efecto saludable. El balance entre lo positivo y negativo que pudiera tener la carne de cordero, está inclinado claramente del lado positivo.

A las puertas del "Brexit", ¿Se abren nuevas oportunidades para nuestro país en la UE?

La salida del Reino Unido de la UE en teoría podría beneficiar a terceros países, entre ellos a España, pero creo que tampoco hay que crearse demasiadas expectativas. De hecho, nuestro país, aun siendo un gran productor de cordero, también importa de países ajenos a la UE. Tampoco sabemos cómo quedarán las relaciones comerciales de la UE con el Reino Unido. Además, hay que tener en cuenta que los corderos que ellos producen son mucho mayores en edad y peso que los que producimos nosotros, son productos muy diferentes que tienen mercados diferentes, por lo que, para ocupar el posible espacio creado, hay que cambiar el criterio de consumo del sector que demanda esos productos.

En el congreso celebrado en Córdoba han pedido el etiquetado obligatorio para las importaciones de carne de fuera de la UE. ¿Competimos en desigualdad de condiciones?

No creo que debamos plantearnos si competimos en desigualdad con otros países ajenos a la UE. Las condiciones y requisitos que se exigen aquí permiten dotar a nuestros productos de muchas garantías que el consumidor demanda cada vez más. Lo que sí que se debe hacer es exigir que los productos que se importan de terceros países cumplan con estas garantías, y el etiquetado puede ayudar a mostrar que se cumple con ello.

El sector se ha identificado tradicionalmente con un cierto retraso. ¿Está la tecnología abriéndose paso?

Al igual que anteriormente mencionaba que no era un sector reconocido socialmente, en este aspecto ocurre otro tanto. En los últimos años, el avance tecnológico que ha llevado a cabo el sector ha sido enorme, la velocidad probablemente ha sido mayor que en otros sectores, si bien es cierto que se partía de una situación mucho más precaria. Actualmente los pequeños rumiantes tecnológicamente no están tan distantes de otros sectores ganaderos.

Uno de los principales problemas del sector es el relevo generacional. ¿Cómo se puede afrontar?

Para que los jóvenes se queden en el sector, lo principal es que la rentabilidad económica de las explotaciones sea suficiente para permitir una adecuada gestión de la mano de obra, con unas jornadas y cargas de trabajo similares a la de otras empresas. También un mayor reconocimiento de la labor que realizan ayudaría.

Desde el punto de vista sanitario, ¿cuál es la situación de la cabaña?

Aquí tenemos de todo, las enfermedades que han sido objeto de campañas oficiales de saneamiento han desaparecido o las prevalencias son muy bajas, aunque existe algún repunte debido al contacto con ciertas especies de fauna silvestre. Del resto de enfermedades presentes en la cabaña, aunque va mejorando la situación, el progreso no ha sido tan evidente, por lo que sigue siendo necesario implementar en las explotaciones programas sanitarios adecuados a cada una de ellas.

La reducción del uso de antibióticos es un reto en los sectores ganaderos. ¿Cómo está avanzando el ovino?

El avance en la reducción del uso de antibióticos en el sector de los pequeños rumiantes ha sido muy importante y se viene trabajando en este ámbito desde hace varios años, dentro del primer programa nacional (2014-2018).

Recientemente veíamos unas imágenes muy duras sobre maltrato animal. ¿Qué mecanismos hay para erradicar esas prácticas?

Mecanismos de vigilancia ya existen, como por ejemplo el Seprona, aunque creo que es más importante tratar de concienciar a aquellos que realicen este tipo de prácticas, que tampoco creo que sean muchos. Uno de los principales motivos que los ganaderos tienen para trabajar en este sector, es que les gustan mucho estos animales, lo cual es bastante incompatible con el maltrato. Además, cada vez son más las empresas del sector que están llevando a cabo auditorías sobre el bienestar animal en las explotaciones ganaderas que son sus proveedoras, lo cual hace, no solo que no ocurran estas situaciones, sino que además se está produciendo cada vez más en unas condiciones más favorables para los animales.