El banquero italiano Andrea Orcel juega al despiste para hacerse con hasta 154 millones de euros a modo de indemnización por abandonar su cargo en UBS. La cifra triplica la cuantía que hubiera recibido el italiano por salir del banco de inversión de origen suizo tras siete años como consejero delegado. Por un lado, Orcel reclama al Banco Santander en los tribunales hasta 102 millones de euros después de que la entidad cántabra diera marcha atrás en enero a su fichaje como consejero delegado. Pero además, de otro lado, UBS, tras ver que finalmente Orcel no se ha marchado a ninguna entidad competidora, ofrece al banquero su jubilación correspondiente por los años en la entidad de 52 millones de euros.El italiano se encuentra ahora con que tiene encima de la mesa el triple de la cantidad con la que debía ser indemnizado. A pesar de que UBS ha puesto la millonaria cifra compensatoria al alcance del banquero, Orcel asegura que mantendrá su batalla en los tribunales contra el Santander. Además, fuentes financieras aseguran que se desconoce que el italiano haya rechazado la indemnización que le ofrece su antiguo banco como inicialmente se había apuntado. Estas mismas fuentes apuntan a la posibilidad de que Orcel haya recibido ya los 52 millones de UBS y siga demandando. Si el banquero aceptara la in-demnización de UBS supondría su práctica retirada del mundo financiero. El banco de inversión le da la compensación a modo de jubilación, lo que le prohíbe trabajar en cualquier entidad competidora. Compromiso roto El Santander anunció el fichaje de Orcel en septiembre. La entidad realizó una primera oferta al banquero en la que le ofrecía un salario de 10 millones, un bonus por el fichaje de 17 millones y 35 millones en acciones, según Financial Times. Esta cuantía provisional suplía inicialmente la compensación que el italiano perdía por marcharse de UBS a un banco competidor, sin embargo, fuentes conocedoras de la negociación aseguran que era una oferta provisional ligada al compromiso del banquero a aceptar reducir la compensación que el Santander iba a entregarle por el dinero que perdía en UBS y a que el banco de inversión asumiera pagarle parte de la indemnización. Sin embargo, ninguno de los dos acuerdos llegaron a materializarse y la oferta se rompió. El punto del conflicto está ahora en que lo que Orcel considera una oferta vinculante, el Santander la estima como provisional, ligada a llegar a un acuerdo para que el italiano redujera sus pretensiones del cobro de la compensación. "Él incumplió su compromiso a reducir la cuantía", aseguran las mismas fuentes. En esta situación, Orcel está haciendo "equilibrios", señalan, para ver cuánto se puede llevar de cada entidad.