Prevé equiparar las sanciones por manejar el 'smartphone' con el positivo por el consumo de drogasLa Dirección General deTráfico (DGT) reconoce que llamar por el móvil o wasapear multiplica hasta por 23 el riesgo de accidente. También estima que la conducción distraída es la causa de uno de cada cuatro siniestros y de casi un tercio de los fallecimientos en carretera. Ante esa situación, el Gobierno intensificará en las próximas semanas la batalla contra los smartphones al volante y estudia equiparar la sanción por el uso del móvil a la del positivo por drogas. El asunto es grave, muy grave. El 43 por ciento de los jóvenes reconoce que escribe whatsapps mientras conduce, tal y como lo declararon 6.000 entrevistados para un informe del RACC. La Dirección General de Tráfico advierte de que esta conducta se ha convertido en la más temeraria de todas cuando estamos al volante. Por eso no es casual que, en una época como ésta, de vacaciones, cuando más desplazamientos se producen, varias compañías hayan centrado sus esfuerzos de responsabilidad social corporativa en intentar sensibilizar sobre este problema.Orange, por ejemplo, ha lanzado una campaña con la propia DGT que pone el foco en los padres de los jóvenes. El eslogan, más claro, imposible: Si sabes que está conduciendo, no le escribas. Con esta iniciativa quieren concienciar sobre las consecuencias del uso indebido de la tecnología en la carretera. "Los progenitores son muchas veces, sin querer, el origen de los accidentes de sus hijos, precisamente por un exceso de celo e interés cuando estos viajan en su vehículo", explican desde la compañía. "¿De verdad es necesario saber cuánto les queda para llegar a su destino o si se encuentran bien cada cinco minutos? Estas y otras preguntas del mismo estilo son las que utiliza Orange en los vídeos de esta campaña dentro de su programa Por un uso love de la tecnología. En uno de ellos, preguntan a un grupo de padres qué mensajes mandarían a sus hijos si supieran que están al volante. Todos ellos empiezan a grabar mensajes de voz o a teclear cosas del tipo que sean prudentes, que vayan despacio, que no se distraigan… Después, les preguntan por cuál sería el último mensaje que les mandarían si supieran que va a ser el último que estos lean en su vida. Es en ese momento cuando caen en la cuenta del error fatal que estaban cometiendo, del sinsentido de sus mensajes anteriores.Entre los proyectos que esperan impacientes a que se forme un nuevo Gobierno, se encuentra el anteproyecto de ley de seguridad vial. Este se propone el noble objetivo de reducir la siniestralidad al volante. La DGT daba a conocer ayer el balance de fallecidos oficial en 2018, que ascendió a 1.806 (24 menos que en 2017). Desde este organismo se ha abogado hasta ahora por reducir el límite de velocidad -aprobado en enero pasado de 100km/h a 90km/h en carreteras convencionales-. También quieren llenar de radares las vías y que el número -ahora en algo más de 1.730- se acerque poco a poco a los 4.000 sistemas de este tipo que hay instalados en la vecina Francia. Ese intento de reducir la tasa de accidentes pasa también por aumentar las sanciones, en concreto, para intentar reducir las distracciones. El director de la DGT, Pere Navarro, insiste en que en estos momentos el uso del móvil es ya la primera causa de accidente en España. De ahí que no sea baladí que en este anteproyecto de ley se considere su uso como una infracción muy grave -al mismo nivel que dar positivo en un control de drogas- lo que conllevará la pérdida de seis puntos del carnet en lugar de los tres actuales.Percepción de los riesgosSe produce, sin embargo, una situación paradójica: mientras pocos se atreven a discutir que el consumo de estupefacientes o de alcohol merma las condiciones para conducir y multiplica el riesgo de sufrir un accidente de tráfico, la imagen sobre el uso del móvil no es la misma. "La percepción de los riesgos la tenemos apartada y muchas veces anulada", explica Gustavo Almela, víctima de un siniestro a los 21 años, que lo mantiene desde entonces en una silla de ruedas. "Cuando sufres un accidente, toda tu familia se ve afectada, toda esa gente lo va a pasar mal. Es más fácil convencer y conseguir cambios de actitudes al volante por ese sufrimiento que puede provocarse a los seres queridos por una simple imprudencia…" Almela es uno de los testimonios que ponen voz a la iniciativa Emotional Driving de Gonvarri, con la que esta compañía vinculada al sector automovilístico se propone reforzar la concienciación vial. Días atrás, presentaba de la mano de Movistar la segunda edición de su estudio Emotional Driving: españoles al volante, distracciones y uso del móvil, realizado por Sondea."Dos de cada tres españoles piensan que no van a tener problemas en echar una miradita al móvil mientras conducen", explica David Martín, director de Investigación de Sondea. "Uno de cada cuatro conductores españoles reconoce haber protagonizado un incidente en carretera o en ciudad por culpa del móvil. A su vez, el 2,18 por ciento de los entrevistados -uno de cada 46 conductores- dice haber sufrido ya un accidente grave por descuidar el volante para atender el móvil", añadía. Estos datos no hacen sino confirmar la inquietud del director general de la DGT. Nueve de cada diez entrevistados para este trabajo coinciden con Pere Navarro en que el teléfono móvil es la principal causa de distracción al volante. Otros factores son el cansancio (64,73 por ciento) y la conducción agresiva (57,09 por ciento), el uso del GPS (38,19 por ciento), pensar en otras cosas (28,27 por ciento) y comer o beber conduciendo (24,75 por ciento).