Los emprendedores en servicios bancarios digitales asumen que innovar puede acabar en sanciónLos emprendedores que se proponen innovar en los sectores financieros y aseguradores corren serios riesgos de ser sancionados o expulsados del mercado si no tienen muy presente la exigente regulación a la que tienen que someterse. Como casi todo, esto tiene su lado bueno -en todo lo que atañe a la protección de los derechos de los consumidores-, y también su lado negativo: supone un freno continuo a la innovación. Por ello, para buscar el punto intermedio, la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) reclama la entrada en vigor de lo que llaman sandbox o banco de pruebas. Rodrigo García de la Cruz, presidente de esta asociación, hace un símil con el mundo sanitario para explicar en qué consiste esta iniciativa: "Igual que en el sector farmacéutico una compañía no puede diseñar un fármaco y ponerlo en circulación sin más y se realizan pruebas en un entorno restringido, en el sector financiero y asegurador, cuando se va a lanzar un producto o servicio, también debe de estar sujeto a la normativa vigente". En ese sandbox -que, como vemos, no es una aceleradora sin más- estarán representados los reguladores, que valorarán el proyecto, asesorarán a los emprendedores y finalmente, después de seis meses, decidirán si esa actividad necesita de una nueva regulación o no. La iniciativa, en la que lleva trabajando AEFI con el Gobierno desde los tiempos de Luis de Guindos como ministro de Economía, fue aprobado el pasado 22 de febrero y aún está pendiente de ser enviado a las Cortes para su tramitación parlamentaria. "Los cuatro principales partidos no han manifestado que están a favor de este proyecto de ley, aunque no sabemos si finalmente introducirían enmiendas", comenta el presidente de AEFI. Este reclama que entre en vigor cuanto antes para evitar la fuga de más talento e inversión. Según sus cálculos, "este proyecto tendría un impacto de 5.000 empleos y 1.000 millones de euros de inversión en los dos primeros años en funcionamiento". "Fue en 2016 cuando fundamos la asociación con el objetivo de frenar la salida de talento de España, que se marchaba a Reino Unido, sobre todo, porque allí encontraban un entorno regulador flexible", explica García de la Cruz. De hecho, en los tres primeros años en funcionamiento de este banco de pruebas en Reino Unido, "éste se ha convertido en el motor de la innovación financiera con 125 proyectos que han logrado una media de seis millones de libras en sus rondas de financiación", explican desde AEFI. E insisten en recordar que las fintech e insurtech son actividades restringidas que tienen que estar reguladas y autorizadas para poder funcionar. "De los cuatro factores que influyen en el establecimiento de una firma de este tipo -talento, tecnología, inversión y regulación- la regulación podemos asegurar que es el elemento más importante. Son esas normas las que permiten desarrollar los modelos de negocio", explica García de la Cruz. Añade que en esos sectores no se puede ir a ciegas, que "funcionar en un espacio gris te puede llevar a la cárcel y el sandbox supondría trabajar en el gris más claro que existe". De ahí que se muestren tan a favor de ofrecer seguridad jurídica a sus proyectos desde el principio, de trabajar con los organismos reguladores desde el germen para evitar que caigan -como sucede con muchos por este motivo- en saco roto. "A menudo observamos cómo una plataforma fintech o una startup emprende un proyecto con un gran banco y después terminan descartándolo porque no saben si todos los pasos atienden exactamente a lo que marca la legislación…" Por delante del mercadoPreguntamos si trabajar con la policía desde ese momento no puede coartar la libertad y esa capacidad de innovación, de ir por delante del mercado. "Es preferible hacer las cosas así, que nos acompañe en ese camino". "Sería como quien emprende un viaje: se puede ir campo a través, en línea recta, con todo tipo de obstáculos, o se puede ir por la autopista siguiendo todas las indicaciones… Preferimos la segunda opción", destaca Jaime Bofill, socio del despacho Hogan Lovells, que ha acompañado a AEFI en todo el trabajo de diseño del sandbox español. "Sabemos que hay una treintena de proyectos de fintech e insurtech esperando a que entre en vigor y se lance la primera convocatoria. Pero la pena es que nos están tomando la delantera y ya se han establecido otros bancos de pruebas similares en Holanda, Dinamarca y Polonia, aparte del inicial de Reino Unido", recuerda a su pesar el presidente de AEFI. Y es que, igual que el sandbox español estará abierto a cualquier proyecto de fintech que esté domiciliado en cualquier país de la Unión Europea, también los creados en Polonia, Holanda y Dinamarca pueden autorizar proyectos de cualquier país miembro.