La confirmación por parte de Renault de que está decidido a "estudiar con interés" una posible fusión 50/50 entre Renault y FCA (Fiat Chrysler Automobiles) supone un avance sustancial en un culebrón que viene de lejos. La operación entre el grupo francés y el italoamericano parte de dos hechos conocidos hace tiempo: por un lado, la Alianza que lidera Renault en la que participan las japonesas Nissan y Mitsubishi, quiere crecer para colocarse como el primer grupo de automoción del mundo; por otro, el grupo italoamericano Fiat no está pasando por un buen momento y busca novia hace ya muchos meses. En marzo se dieron por rotas las negociaciones que venía manteniendo con el grupo PSA.Ayer, contestando a varias informaciones surgidas durante el fin de semana, Renault anunciaba a primera hora de la mañana que el grupo FCA le había presentado una propuesta de fusión al 50 por ciento y a media mañana confirmaba su disposición a "estudiar el proyecto", en un escueto comunicado enviado a los medios de comunicación, que remataba con un lacónico "se proporcionará comunicación a su debido tiempo para informar al mercado de los resultados de estas discusiones de acuerdo con las leyes y regulaciones aplicables".De momento, la fusión sólo afectará al grupo Renault y a FCA, dejando al margen a Nissan y Mitsubishi. Sin embargo, la pretensión de Fiat de hacer una fusión al cincuenta por ciento supone la vana pretensión de valorar ambos grupos industriales al mismo nivel, incluso valorar al italoamericano algo por encima del francés. Con la capitalización en la mano, ayer Fiat-Chrysler (FCA) valía 17.798 millones de euros en bolsa frente a 16.956 millones de Renault. Pero hay que tener en cuenta que Renault es propietario del 40 por ciento de Nissan, que en la Bolsa de Tokio vale uno 25.000 millones de euros, a lo que se suma parte de Mitsubishi. Por otro lado, no se puede olvidar tampoco que desde mediados de 2018 Renault ha perdido casi la mitad de su cotización, de 98 euros a 58 euros, muy apremiado por el escándalo de Carlos Ghosn, hoy en vías de superación.Pero no estamos ante una opa que se lanza aprovechando un fuerte descuento bursátil; es un intento de fusión amistosa y por tanto negociada. Renault no va sola; va en el paquete de la Alianza con Nissan y hará valer el 40 por ciento de la japonesa en las "discusiones" con Fiat. Y la marca japonesa, que tiene el control de Mitsubishi, no es baladí. Con las cifras de ventas mundiales, que pesan mucho más que la cotización puntual en bolsa, la Alianza Nissan-Renault (sumando las marcas Renault, Nissan, Mitsubishi y Dacia) vende en el mundo casi 10,65 millones de coches al año, frente a los 4,8 millones de FCA. Además, la franconipona tiene cuatro marcas bien posicionadas en muchos mercados, mientras que la italoamericana tiene un flanco muy débil en las marcas italianas (Fiat, Alfa Romeo y Lancia), que apenas venden fuera de su país de origen.Solo la americana Jeep tiene una clara presencia internacional, con ventas en muchos mercados, especialmente en Estados Unidos.Pero la fusión de ambos grupos tiene más sentido que la fusión de FCA con PSA. Fiat Chrysler tiene un mercado a la baja, pero casi cautivo en Italia con sus marcas originales, Chrysler sigue teniendo tirón en EEUU y Jeep está más diversificado, tanto en América como en Europa. Por su parte, Renault-Dacia concentra sus ventas en Europa –muy fuertes en España-, pero con impronta en Latinoamérica y el norte de África y Nissan-Mitsubishi tiene poder en Asia, en América y también en Europa.No obstante, si Renault quiee hace valer su poder en Nissan en las negociaciones con FCA, también tendrá que despejar los conflictos surgidos dentro de la Alianza de la francesa con su participada Nissan, que pide una revisión del peso del capital. Algo que no está siendo nada fácil y que está detrás del escándalo de Carlos Ghosn. No se debe olvidar que su detención en Japón parte de una denuncia de la misma dirección de Nissan.