Las entidades están en la fase "más intensa" de la negociación para fusionarseE. Díaz madrid. La negociación para la fusión Unicaja y Liberbank afronta su fase final y se conocerá una resolución tras la Semana Santa. Por el momento, los grupos ya tienen decidido el futuro de Caser. Las entidades, que sumarán una participación conjunta de la aseguradora de en torno al 20 por ciento, planean vender la mitad tras su unión, según informan fuentes conocedoras de la negociación a elEconomista. El valor de la firma aseguradora es de unos 1.000 millones de euros, por lo que el porcentaje que se pondrá a la venta estará en los 100 millones de euros. El nuevo grupo aspira a quedarse con una participación de la aseguradora similar a la que tienen en la actualidad cada banco por separado, una posición "cómoda" y que evitaría que "penalizara en el capital" de la nueva entidad, al no superar el umbral del 10 por ciento, según informan las mismas fuentes, que descartan que la operación se lleve a cabo para esquivar una ampliación de capital. Ecuación de canjeLas conversaciones entre las dos entidades están en su fase "más intensa", según otras fuentes cercanas a la misma, en la que aún que-da por dilucidar cuál será la ecuación de canje. Mientras Unicaja aspira a hacerse con entre un 55 por ciento y 57 por ciento del control del nuevo banco, otras fuentes aseguran que Liberbank trata de arañar más peso y, entre los argumentos, utiliza que el nuevo grupo estará en Málaga como baza para exigir contraprestación. La cuenta para resolver la ecuación de canje depende de distintas variables, como el valor de cotización de cada entidad, su exposición al riesgo, el nivel de sus activos improductivos o la capacidad para generar resultados. El presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, y el consejero delegado de la entidad asturiana, Manuel Menéndez, mantuvieron el pasado lunes una reunión en el Banco Central Europeo (BCE) para informar al supervisor del modelo de negocio que va a tener el nuevo grupo. En la conversación, también se informó al organismo europeo encabezado por Mario Draghi de los niveles de solvencia, rentabilidad y las sinergias tras los ajustes que resultarían de los dos bancos unidos, tal y como explican a este diario. Además de la ecuación de canje, otro asunto que aún se mantiene vivo en la negociación es la necesidad o no de realizar una ampliación de capital tras la fusión. Esta opción se plantea para cubrir los costes de reestructuración del nuevo grupo, que implicarían recorte de plantilla y cierre de sucursales. Excluyendo el plan de prejubilaciones a tres años que Unicaja puso en marcha a finales de 2018, el nuevo grupo sumaría en torno a 10.700 empleados y unas 1.800 oficinas. La unión de Unicaja y Liberbank tiene una gran ventaja estratégica a nivel geográfico. Mientras el banco con sede en Málaga tiene una mayor cuota de mercado en Andalucía y Castilla y León, el de origen asturiano compite en presencia en Asturias, Cantabria, Extremadura y Castilla-La Mancha